En este día del Buen Pastor, recordamos las palabras del Papa Francisco en la Chistus Vivit (cfr.ChV 277-298), en las que dice que
plantearse la cuestión de la vocación puede ser el inicio de un proceso de discernimiento vocacional, que incluye hacerse preguntas, reconocer la llamada de Jesús y un acompañamiento personal.
Un proceso de escucha honda a uno mismo, a la realidad, a los hermanos, a nuestra familia, a Dios movido por las preguntas que desemboca en la respuesta que llena de sentido la vida.
La vocación nos invita a buscar oportunidades para ser canal del amor de Dios y de su providencia hacia aquellos que te rodean. Puedes ofrecer una palabra de aliento a quien lo necesite, brindar ayuda a quien esté en dificultades o simplemente estar presente para aquellos que requieran
tu apoyo.
Oramos para que muchos jóvenes inicien ese proceso de búsqueda y hallen la respuesta que se acomoda a cada uno y encuentren testigos que sean faros que les guíen e iluminen.
«HÁGASE TU VOLUNTAD. TODOS DISCÍPULOS, TODOS MISIONEROS»
Padre, ayúdanos a hacer tu voluntad
cada día, en cada momento.
Que no nos cansemos nunca de buscar
lo que quieres de nosotros,
para que todos, con alegría,
nos sepamos discípulos tuyos.
Que todos, con generosidad,
nos sintamos misioneros,
enviados a llevarte allí donde tú deseas
que vivamos nuestra fe.
Que no falten nunca jóvenes que,
reconociendo tu llamada,
digan, sin miedo: «Hágase tu voluntad»;
y que aquellos a quienes llamas
a una especial consagración,
aquí y donde la Iglesia aún está naciendo,
cuenten todos con nuestra compañía y ayuda.
Que tu Madre, María, nos enseñe a decir:
«Hágase en mí según tu palabra»
y nos fortalezca en nuestro compromiso
contigo y con la Iglesia. Amén.