Así se vivió la Pascua con los jóvenes en la comunidad de Almería
Nuestra experiencia de Pascua vivida con los jóvenes ha sido una riqueza y ha dejado un poso en nuestro interior. Han sido unos días de encuentros, celebraciones, compartiendo vida, sentimientos, fe…
El Viacrucis por el barrio de los Almendros, marcando las estaciones en cada puerta donde hay situaciones de dolor, sufrimiento, nos ha ayudado a entrar de lleno en el misterio que estábamos celebrando. Experimentamos que Jesús se hace uno de nosotros en el dolor del que sufre. Por otra parte, la celebración del Jueves Santo y la Vigilia Pascual fueron momentos de una vivencia profunda: Dios se nos da hasta el extremos y nos dice: “Haced vosotras lo mismo”.
El sábado, el grupo se trasladó a Roquetas de Mar para vivir la experiencia del camino de Emaús entre invernaderos: el Mar de Plástico. Allí, tratábamos de descubrir las huellas del resucitado. Con ellos vimos lo que aporta a la economía de la región, pero, sobre todo, lo que supone para muchas personas migrantes: el medio de vida que llegan buscando, trabajo para poder vivir ellos y sus familias. El día a día en los invernaderos es duro, pero más duro es no encontrar trabajo o no tener documentación necesaria para poder hacerlo. Lo que aportamos las Hijas de Jesús es un pequeño grano de arena: acogida y clases de español y, especialmente, encuentro y acompañamiento en el camino de buscar y encontrar ese mundo mejor deseado por todos y para todos.
Llegó la Pascua y celebramos juntos la vida: momento fuerte de encuentro, de experimentar juntos que Jesús sigue vivo en todas las realidades de nuestro mundo y lo celebramos con una cena compartida, en la que no faltó el baile.
Hemos disfrutado de su alegría y juventud, dejando en el barrio unas huellas difíciles de olvidar. Damos gracias a Dios por todo lo vivido en esta Pascua y que hoy sigue resonando en cada una de nosotras.
La comunidad de Almería