Tras la inauguración del Espacio Expositivo santa Cándida, son muchas las personas y los grupos que se acercan a hacer la experiencia en la que envuelve el Espacio. A comienzos de mayo, fue el personal de la Casa Provincial, Inmaculada Muñico y Ana González.
Tras nuestra visita al espacio expositivo en Montellano dedicado a la madre Cándida, hemos podido conocer junto a nuestras familias un poquito más su vida, su entorno, su obra.Un mundo que se le quedaba pequeño para sus deseos. Un referente de, mujer luchadora, cristiana y valiente, tenaz y trabajadora, de humildad y bondad.Todo al detalle, donde se palpa el cariño con el que se ha ido realizando. Capta la atención tanto de los mayores como para los más pequeños. El Museo nos transmite y nos sumerge en su carisma para seguir compartiendo un mismo camino.Sin olvidarnos el agradecimiento a Carmen, por su visita tanto al espacio expositivo como los lugares significativos en Salamanca. Ana.
Después de varios intentos para cuadrar fechas, el pasado viernes día 3 pudimos disfrutar de la ciudad de Salamanca y uno de sus tesoros recientemente inaugurado.
A media mañana nos estaba esperando Carmen Sastre en Mostenses. Nos enseñó esta maravillosa casa y tuvimos un momento de silencio delante de los restos de santa Cándida.
Fuimos caminando por las calles de Salamanca, pasamos por la que fue la Casa de San José, actualmente sede del archivo de la Guerra Civil, lugar dónde empezó a germinar la obra de Cándida María de Jesús. Y llegamos al Colegio Mayor Montellano dónde nos esperaba adentrarnos en la vida y obra de esta gran mujer adelantada a su tiempo.
La exposición comienza con un rato de oración en silencio escuchando lo que santa Cándida tiene que decir a cada visitante en la habitación donde ella murió. Descubrimos la línea del tiempo. Visitamos un espacio con multitud de objetos que nos muestran lo que fue su vida, experimentamos en la sala interactiva y vimos varios murales que muestran los distintos países donde sigue presente la obra de esta gran mujer.
Cada rincón del espacio expositivo transmite el cariño con el que se ha preparado, se aprecia el trabajo de tantas horas de preparación y certifica una vez más lo que fue Santa Cándida, una mujer adelantada a su tiempo, que confiaba plenamente en los planes que Dios tenía para ella.
Después de saborear cada rincón de este espacio, repusimos fuerzas comiendo en la majestuosa Plaza Mayor de esta ciudad universitaria y ya por la tarde pasando por la Casa de la Concordia nos acercamos a la residencia para poder saludar y charlar con varias hermanas con las que habíamos coincidido en Madrid.
Quiero agradecer a Carmen Sastre su hospitalidad y su disponibilidad para pasar un día estupendo con nosotras . ¡Mil gracias! Inmaculada Muñico