Desde que supimos que, por fin, vendría a España la Superiora General, Graciela Francovig, acompañada de Sonia Regina, Consejera General, a recorrer nuestros lugares de misión, conocernos, desde nuestra realidad personal y comunitaria, nuestra oración era clara: que fuera un tiempo de gracia para la Congregación en España. Deseábamos abrirnos al Espíritu para acoger su mensaje.
En la cuarta semana de marzo, en pleno tiempo de Cuaresma, ya en primavera… nos dispusimos a este encuentro fraterno. Y, a modo de diario, comentamos algunos momentos…
El 22 de marzo amaneció un poco nublado, aunque no llovía… Sobre las 10:30 horas fuimos a recoger a Graciela y Sonia a la estación. Había llegado el momento del encuentro deseado y esperado… Puntuales y ¡para casa!
Todas las hermanas estaban esperándolas en la portería. Saludos, presentaciones, alegría… Tras ese momento, casi “misterioso”, fuimos a la capilla. El P. Capellán tuvo la delicadeza de acoplarse a nuestro horario, diferente al de todos los días, y celebramos juntas la Eucaristía. Unas palabras de acogida por parte del Capellán nos ayudaron a vivir esta acción de gracias con fuerte sentido de Cuerpo.
Había poco tiempo, lógico. En la comunidad de Málaga somos muchas hermanas y Graciela y Sonia vinieron pocos días, por lo que empezamos enseguida con las “entrevistas personales”.
A las 14:00 horas, como cada día, comimos. El comedor parecía más grande… Y con nuestro canto de bendición, con aire de “Malagueñas”, cantamos:
Desde Málaga cantamos muy contentas de teneros,
saludamos con cariño y juntas nos conocemos (bis).
Esta casa hoy se agranda y también el corazón,
acogemos muy alegres el regalo del Señor.
Mucho tiempo esperando la visita con amor,
son momentos importantes,
bendecimos al Señor…
Buen ambiente, cariño y cercanía. Al finalizar la comida, como si un grupo de la Tuna apareciera, cantamos de nuevo, con “Clavelitos”:
Cantamos con ilusión este canto que es saludo,
toda la comunidad vive alegre y con orgullo,
de poderos recibir a Graciela a ti Sonia
y estos días compartir la vida que nos “desborda”.
Rezaremos, compartiendo, hablaremos de nuestra misión,
deseosas de escucharos todo aquello que es Congregación.
“Los lugares de frontera”, que sabemos que van más a más,
y nosotras con nuestro cariño intentamos rezar y rezar.
Mirarnos con ilusión a “quien tiene ante sus ojos”
una vida que soñó y que sueña darlo todo,
la que ahora nos impulsa a vivir con esperanza, alegría, ilusión,
todas juntas siendo hermanas.
.
.
Por la tarde, acompañadas por director del colegio, Alfonso Polo, y su esposa, Graciela, Sonia y Joaquina, la superiora de la casa, fueron a dar un paseo por el barrio y por la ciudad.
Los días 23 y 24 de marzo, siguieron las entrevistas, la convivencia en las comidas, la oración de Vísperas… El 24, aunque la tarde estaba lluviosa y con calima, fuimos a dar un paseo en coche. Disfrutamos de la Farola, del “mar embravecido”, del aire de una Málaga diferente, porque el sol no apareció ni un solo día. Es una pena, pero, aun así, disfrutamos mucho. Al llegar a casa, tuvimos el encuentro comunitario. Una reunión llena de carisma, cuestionamientos, esperanza, serenidad y de mucha vida.
La mañana del 25 de marzo, día de la Anunciación, fue la última que pasamos con Graciela y Sonia. En el momento de acción de gracias, en la Eucaristía, una hermana, en nombre de la comunidad, agradeció este momento importante para nosotras:
“Cuando nos rodean tantas cosas malas y penosas: la guerra, la pandemia, la crisis económica y el desánimo de la gente, de lo que no podemos olvidarnos…, es increíble encontrar lugares de oasis en los que ves claramente que Dios está […] Hacía falta y era necesario que llegasen estas cosas. A veces la vida se hace cuesta arriba y ¡qué bien que se nos regalen estas visitas canónicas! […]”
Nos hubiera gustado a todas parar al tiempo, poder contarles más cosas. Con poco tiempo, fueron a visitar el Colegio. Saludos al equipo directivo, a los profesores… ¡y cómo no!, disfrutar con una pequeña sorpresa. Un grupito de niñas, ataviadas con el traje de malagueñas, les bailaron. Un encuentro con el personal de la Empresa THAISMON, un recorrido por la casa para ver todas las dependencias, la comida un poco antes de lo normal, y… ¡la despedida!
Unas y otras agradecidas por estos momentos de encuentro. Sentir con fuerzas a la Congregación a través de nuestra Superiora General y una Consejera, ha sido un regalo del Señor que agradecemos con cariño. Nos queda el compromiso de hacer vida todo lo que estos días hemos vivido, escuchado, saboreado… “ser verdaderas Hijas de Jesús”.
Comunidad Santa María, Málaga