Un encuentro en el camino… sinodal

Ciertamente que de las contrariedades nacen las oportunidades: la pandemia con sus cautelas y restricciones nos dejó sin cercanía, sin proximidad, sin encuentros, pero la pandemia nos llevó a “descubrir” a implementar recursos tecnológicos para comunicarnos, acercarnos, compartir; así en ese tiempo celebramos diversos encuentros virtuales. Ahora, con la muerte oficial de la pandemia, hemos vuelto a lo que empezamos a llamar encuentros presenciales sin limitaciones (aunque en algunas circunstancias y para algunas no siempre sean posibles). Sin embargo, nos queda lo aprendido y lo seguimos aprovechando.

Y así Rosa nos ofreció y convocó para el día 22 a un encuentro virtual de las comunidades con Mª Luisa Berzosa sobre el Sínodo. Y allí nos reunimos a través de la pantalla. Mª Luisa nos aportó información y formación de un modo claro, existencial y cercano (ella tiene el don de expresar cuestiones profundas en “roman paladino”).

Creo que más allá de la información, vivimos una experiencia. Posiblemente entre nosotras hay quienes han participado en la fase diocesana en grupos parroquiales o de otro tipo, quienes han leído los documentos, quienes han rezado, quienes han leído sólo noticias o titulares, quienes… pero todas, de alguna manera, habremos recorrido un tramo de este camino sinodal. Creo que el lunes las participantes pudimos encontrarnos más dentro de este proceso eclesial. Quiero pensar que en nosotras creció no sólo el conocimiento, sino el deseo de involucrarnos un poco más, ya que todas, desde nuestra diversidad de realidades y situaciones, podemos y estamos llamadas a no dejar pasar este momento tan significativo e importante de la Iglesia.

Os comparto algo que, rumiando lo escuchado de Mª Luisa y de las demás, me ha quedado resonando: Como Hijas de Jesús en el seno del Pueblo de Dios estamos llamadas a construir sinodalidad, a ser sinodales; y las preguntas que se me han suscitado ¿Qué aporta nuestro vivir en comunidad, nuestra pertenencia al cuerpo congregacional a esta construcción de una Iglesia sinodal? ¿Qué luz nos trae la sinodalidad para nuestro ser comunidad en misión y nuestro “hacer misión” en comunidad?

Termino agradeciendo a Rosa la iniciativa, a Mª Luisa su comunicación y a todas vuestra presencia y participación.

Seguimos caminando, seguimos en camino sinodal.

Mª del Pilar Linde FI