Toda celebración importante requiere una buena preparación, un tiempo de parar, escuchar, reflexionar y encontrar el sentido profundo de lo que se celebra. Eso es lo que durante dos tardes han hecho un grupo de Hijas de Jesús y laicos de los colegios de Madrid a las puertas de los 150 años de la inspiración del Rosarillo.
Dando continuidad a la sugerencia de talleres realizada por el Equipo de Revitalización con el título “Avivar las ascuas”, se organizaron dos tardes de encuentro en la casa de Orcasur (27 de febrero y 20 de marzo) en las que se reflexionó sobre cómo la figura de la madre Cándida sigue acercando a Jesús y a ser respuesta en la realidad en la que vivimos. Fueron momentos de escucha activa en los que los asistentes pudieron recordar y compartir sus “Rosarillos” personales, sus experiencias fundantes y de profundo calado en la vida.
Acabaron los talleres construyendo juntos a modo de recogida, tras la contemplación orante de la imagen del altar donde la Madre Cándida tuvo su inspiración, de un Rosarillo cargado de vivencias, nombres propios y profundo agradecimiento, pues muchas vidas durante los últimos 150 años no hubiesen sido las mismas sin esa inspiración. Y lo mejor está por venir, porque quedan muchas ascuas.
Rubén del Castillo
Colegio María Reina – Madrid
Su Rosarillo, tu Rosarillo
Y en la fiesta de la Anunciación del Señor, el 25 de marzo, la Comunidad de Almería y las comunidades educativas de los dos colegios de Almería, el Stella Maris y el Virgen de la Paz, se reunieron también en torno a la Madre Cándida y la conmemoración del 150 aniversario del Rosarillo.
Fue un encuentro para ver, sentir y preguntarse como hizo la Madre Cándida en torno aquel 2 de abril de 1869 y a partir de ahí poder interiorizar su Rosarillo y descubrir los “Rosarillos” particulares durante la contemplación de ese altar. Y también para dar gracias a Dios por la vocación descubierta, por todo lo fundante en sus vidas.