Con mucha alegría y esperanza, este jueves 8 de mayo de 2025, toda la Iglesia recibió al nuevo sucesor de Pedro: el cardenal Robert Francis Prevost, ahora Papa León XIV. Su elección representa un momento histórico por ser el primer papa estadounidense, pero también una confirmación de su compromiso misionero, pastoral y de servicio al Pueblo de Dios.

Un perfil pastoral marcado por el servicio

Nacido el 14 de septiembre de 1955, en Chicago, Robert Prevost inició su vida religiosa dentro de la Orden de San Agustín. Se formó en Ciencias Matemáticas y obtuvo un doctorado en Derecho Canónico en la Universidad Pontificia de Santo Tomás de Aquino, en Roma. Pero fue en Perú donde consolidó su vocación y entrega al servicio de Dios como misionero durante dos décadas.

Durante su misión, acompañó con sencillez y cercanía a comunidades rurales, fue formador de nuevos sacerdotes, y más tarde, en 2015 fue nombrado obispo de Chiclayo hasta 2023.  Obtuvo la nacionalidad peruana como signo de compromiso con el pueblo que lo acogió, y en su recorrido afrontó los retos sociales y pastorales del país. 

Además de su labor pastoral, León XIV desempeñó importantes responsabilidades en la Curia Romana. En 2023, el Papa Francisco lo nombró prefecto del Dicasterio para los Obispos y presidente de la Pontificia Comisión para América Latina. Su liderazgo siempre ha estado marcado por una mirada pastoral: de escucha, cercanía y discernimiento.

Un pontificado que comienza con humildad y esperanza

En su primera aparición pública como Papa, León XIV pidió oraciones por esta nueva misión. Con palabras sencillas recordó que “la humanidad necesita luz”, y que el Evangelio es la fuente viva de esa esperanza. Pidió por la paz en el mundo e invitó a “buscar juntos ser una iglesia misionera, una iglesia que construye puentes y el diálogo siempre abiertos a recibir a todos, a todos aquellos que necesitan nuestra caridad nuestra presencia”

Como congregación nos unimos en oración por su ministerio y le pedimos al Señor que lo guíe en este nuevo camino al servicio de una Iglesia más fraterna, sinodal y cercana.