La experiencia espiritual que San Ignacio de Loyola compartió con las mujeres que ya en el siglo XVI trataron con él se prolongó a lo largo de la historia hasta adentrarse en nuestro siglo. ‘Mujeres ignacianas: Escritos esenciales’ es un libro que reúne por primera vez, en un único volumen, una cuidada selección de textos que permiten al lector asomarse con rigor y devoción al mundo interior de estas mujeres y a su proyección apostólica.

Ayer, las Religiosas de María Inmaculada abrieron las puertas de su residencia en la calle Fuencarral de Madrid y organizaron la presentación del mismo. El evento sirvió como punto de encuentro para religiosas y laicas de diferentes carismas pero con un foco común: la espiritualidad ignaciana.

La presentación comenzó con palabras de agradecimiento y con un momento contemplativo para hacerse consciente del legado que dejaron las veinte mujeres que forman parte del libro. Además, José García de Castro SJ hizo un repaso por la vida de San Ignacio, identificando a las mujeres más importantes que se cruzaron en su camino y a aquellas que institucionalizaron la experiencia. Con su ponencia quedó claro que la espiritualidad fraguó muy bien en el alma y espiritualidad femenina. En 1814 habían surgido ya 209 congregaciones ignacianas, formadas por mujeres que soñaban con seguir a Cristo más allá del claustro.

El objetivo de ‘Mujeres ignacianas: Escritos esenciales’ es recoger entre sus páginas los textos seleccionados de algunas de estas mujeres, siguiendo el estilo de los escritos esenciales de los primeros jesuitas. “Era la oportunidad perfecta para sacarlas de la invisibilidad a la que tanto tiempo habían estado sometidas. Teníamos el deseo de difundir su carisma y estábamos convencidas de la riqueza de los textos”, aseguran Begoña Pecina RPM y Alejandra González MCI, coautoras del libro.

Afirman que la obra se fue tejiendo acordando criterios metodológicos, programando reuniones y seminarios presenciales y compartiendo entre todos. Posteriormente, se acordó trabajar en núcleos temáticos para darle al libro una unidad y, poco a poco, perfilarlos y jerarquizarlos. También se trataron aspectos estéticos para seleccionar bien las imágenes, plasmando finalmente sus imágenes en carboncillo.

Después de años de trabajo, el resultado es impecable. Los capítulos están ordenados cronológicamente y cada uno trata sobre una fundadora inspirada por el legado de San Ignacio. Además, una de las protagonistas es Santa Cándida María de Jesús, de cuyo capítulo se encargaron María del Carmen Jiménez Correa FI, María Pilar Linde FI y Carmen Simón FI.

A través de los escritos de estas mujeres, se observa la riqueza y la diversidad de experiencias que se encuentran en la tradición ignaciana, e invita a reflexionar sobre la importancia de la participación de las mujeres en la iglesia y en la sociedad en general. ¡No te lo pierdas!