¿Luces en la ciudad? Allá por el mes de diciembre escuché estas palabras y sin pensar mucho creí que era invitación a dar un paseo por Madrid, el ambiente de Navidad se olía así que no era muy desproporcionado una publicidad llegada a todas las casas.

Pero cuál mi sorpresa que nada tenía que ver ni con Navidad ni con salir a la calle.  Al contrario, estar en casa, abrir nuestra puerta para acoger a un grupo de jóvenes de una parroquia (la que sea) y que conozcan un poco la vida consagrada. Es una iniciativa organizada por las delegaciones de Pastoral Vocacional y de Infancia y Juventud en la que se ofrece a los jóvenes visitar algunas comunidades de vida consagrada presentes en Madrid.

La Casa Juniorado lo vimos oportuno: «¡apuntémonos! A ver si alguien viene». No teníamos claro que nos seleccionaran.

Los meses pasaron y llegó el día en que tuvimos la respuesta ¡sí! Un grupo de 13 jóvenes de la Parroquia Santa María de la Caridad (perteneciente a la Vicaría número 8 de Madrid) estaban dispuestos a venir a casa.

«Y ¿qué hacemos?, ¿cómo compartimos nuestra espiritualidad? ¿Y la Madre Cándida? ¿Nuestra vida?» Muchos eran los interrogantes porque tampoco sabíamos bien el perfil de estos jóvenes, edades, intereses, formación. Pero bueno, manos a la obra: nos juntamos una mañana de lunes antes de esa visita programada para el viernes de esa semana.

 Y llegó la gran tarde. Nos juntamos estas Hijas de Jesús en el Juniorado: MªCarmen Jiménez, Petra del Real, Maite Ortega, Silvia Rozas, Esther Sanz y Gemma Torres.

Lo primero, una sencilla acogida haciendo un paralelismo al barrio donde el Juniorado está ubicado, en Ventilla, situado en la zona norte de Madrid, configurado por pisos de no más de tres plantas y con una población de edad ya mayores e inmigración.

«Que se sientan en casa», pensamos. Por lo que nos presentamos, que sepan al menos nuestro nombre y si estudiamos, trabajamos… y oye, por qué no, una pregunta de estas que te hacen salir un poco de ti y mojarte: ¿con qué color definirías la vida cristiana? ¡Salieron muchos!  Después un pequeño video sobre nuestra Fundadora.

Como veíamos que verdaderamente había interés seguimos con un juego Kahoot en el móvil, a través de unas preguntas en el móvil íbamos hablando de nuestras vidas. Por ejemplo: ¿con qué comida definirías a las Hijas de Jesús? a) tortilla de patatas b) arroz a la cubana… y  así pues un compartir bonito. Algunas íbamos explicando la opción elegida y los chicos se iban animando a compartir después de empezar ya a conocernos un poquito.

El tiempo pasaba muy deprisa, sabíamos que todo lo que habíamos programado no iba a darnos tiempo, así que nos propusimos avanzar hasta donde llegásemos.  Después se les presentamos nuestros documentos, Cartas, Constituciones, Lectura Vivencial…. ¡Con qué detenimiento pasaban las hojas! Hay que decir que las Cartas triunfaron. Pensar que escucharon que la Madre Cándida no sabía de letras y mira qué forma de escribir… Pero es que cuando las cosas se hacen de corazón…

Desde ahí se generó un bonito diálogo, una avalancha de cuestiones recibimos: ¿y vuestras familias? ¿no os da cosa la cantidad de cosas que la vida os ofrece y las rechazáis?, ¿vuestros trabajos? Pues allí, como auténticas valientes, íbamos contestando.

Ya se hacía tarde, así que pasamos a compartir una cena sencilla. Algunos se tuvieron que ir, así que podíamos, como una familia, sentarnos alrededor de la mesa, donde seguimos con preguntas, bromas, inquietudes, miedos. Pero ya hablábamos todos.

Y terminamos con un ratito de oración, desde el silencio, para asentar lo vivido: acogida, apertura, agradecimiento, futuro.

La despedida fue con mucho cariño. Sin dudarlo, el Señor se había hecho presente en cada uno de nuestros corazones.

¡Gracias!

Gemma Torres

Madrid