Lunes 21
Iniciamos la última semana sinodal. Al llegar a la puerta del Aula me encuentro de nuevo con el grupo de indígenas que cada mañana nos saluda. Estaban con sus símbolos: carteles, fotos de mártires, redes… cantando: “Avancen hacia aguas más profundas y lancen las redes para pescar”… Y sí, necesitamos avanzar a lo profundo sin cansarnos de echar las redes una y otra vez; estas redes se llaman: escucha, búsqueda conjunta, corresponsabilidad, trabajo, oración…
Cuando nos vamos acercando a la puerta del Aula, aparece Francisco con una túnica de colores que le han regalado los indígenas y queda muy llamativa su figura sobre la sotana blanca. Contrasta en el centro del hall con el negro y gris de sus compañeros de episcopado… Costaba quitársela, tenía varios nudos entrelazados y nos reíamos pensando que podría subir así a presidir la sesión… Él no pierde el sentido del humor y se reía mucho mirándose. Seguro que los fotógrafos dan buena cuenta de ello.
Después de la oración inicial, Claudio Hummes, como Relator General, presenta el documento que se reparte en el Aula; y expresa que el tiempo ha sido muy escaso pero nos anima a intensificar la escucha más si cabe esta semana, como es el proceso sinodal; escuchar la realidad de nuestros pueblos y también escuchar al Espíritu, sobre todo.
Nos recuerda que este texto es confidencial, no se puede sacar de la sala. Si esto se hace se generan ruidos que distraen o disminuyen la libertad de hablar. Nos invita Claudio de nuevo a escuchar qué nos quiere decir Dios, y eso es lo que luego entregamos al Papa.
Y es bueno que lo diga este Cardenal que, tanto cuando ejerce de Relator General como en los espacios informales, muestra una maravillosa actitud de escucha y de atención a cada persona.
Después del descanso volvemos a los grupos para leer el documento que se nos entrega. Vamos leyendo cada número en silencio y poniendo las correspondientes enmiendas, de contenido sobre todo pero también de forma y de redacción.
Cuando regresamos después de la comida y el descanso, nos encontramos con un grupo de indígenas que están sosteniendo las actividades en la Iglesia de Traspontina y que van a poner el mapa de la Amazonía. Nos comunican con pena que un grupo se ha llevado de dicha parroquia algunos símbolos de la madre tierra y las han tirado al Tíber diciendo que son imágenes de la Virgen heréticas… Hay mucha intolerancia, falta de respeto, desconocimiento, ignorancia… Pensé poner una protesta en las Redes pero después opté por el silencio para no hacerles propaganda.
Nos fuimos a casa con disgusto en el corazón, con tristeza de que sucedan estas cosas en un mundo tan plural y multicolor donde si no respetamos la diversidad mal nos va a ir… Pero hay que seguir sin desfallecer, son piedras en el camino en las que no hay que detenerse porque de lo contrario perdemos muchas cosas valiosas.
Martes 22
Cuando nos vamos acercando al Aula, un día más, nos encontramos con los hermanos y hermanas indígenas que nos reciben con sus saludos cariñosos, sus sonrisas y abrazos, cantando y animando nuestro trabajo. Ellos y ellas también tienen su fuerte disgusto pero pareciera que eso no impide la alegría que nos contagian.
Los periodistas siguen en las dos puertas de entrada; en esta semana han venido bastantes más y las entrevistas al paso son continuas. Quieren saber más de lo que podemos decir porque estamos revisando el primer esquema y no hay nada definitivo.
En otro orden de temas, también me llama la atención la insistencia de algunos medios, no son todos, en hablar de “viri probati” y del diaconado femenino. Sabemos que no son aspectos centrales pero se les olvida, y los tratan como si fueran “los temas” por excelencia en este Sínodo.
Hemos terminado esta jornada de reflexión-enmiendas-votación del primer borrador de documento final y nos vamos a casa con la sensación de deber cumplido y con sentimientos variados: por una parte es mucha la materia acumulada, y toda ella densa, por otra con ganas de que el documento final sea inspirador… Claro que es nuestra penúltima palabra porque la definitiva es del Papa, que usará el mismo como mejor crea, pero cuanto mejor se lo ofrezcamos será de mayor ayuda.
Miércoles 23
Tenemos descanso mientras el Relator General, con los secretarios especiales y los expertos, incorporan las enmiendas ofrecidas en los dos días de grupos. Aprovecho para pasear un poco y estar en casa también.
Salgo con una amiga argentina que está de paso y luego tengo entrevista con una persona de Alboan. La comida es con 3 hermanas de la comisión de educación de la UISG para tratar el tema de Fe y Alegría del que soy interlocutora con ellas desde la Federación Internacional de dicho Movimiento Educativo. Muy bueno el encuentro, con aportes que enriquecen y concretan acciones para un trabajo inter-institucional: ya cada día más en-re-da-das…
Por la tarde comparto con mis hermanas del gobierno general la experiencia de lo que está suponiendo el Sínodo. Es mi primera experiencia y me sirve de termómetro para ver cómo resulta lo que he preparado. Pasamos un rato muy agradable, en familia, con aplicaciones a nuestra Congregación en lo concreto, sin perder de vista la dimensión universal.
Jueves 24
Hoy tampoco tenemos Aula, esto rompe el ritmo diario y nos da un buen respiro de esta recta final que es muy intensa; aprovechamos para otras cosas pero también para estar en casa y poder orar con calma, leer, preparar entrevistas y artículos… y también, cosa de no menor importancia, ¡dormir un poco más!.
La Comisión redactora sigue su trabajo y mañana viernes, por la tarde, volveremos al Aula para recibir el Documento Final en su penúltima fase para una lectura individual el sábado por la mañana y poder votarlo por la tarde.
Hoy tuvimos reunión doble en la curia de los jesuitas, primero el grupo que lo venimos haciendo semanalmente para intercambiar las experiencias vividas; y en un segundo momentos se sumaron personas que están viviendo el Sínodo desde fuera en otras organizaciones o actividades.
En la primera parte, estábamos de acuerdo en: la riqueza y privilegio regalados de haber vivido esta experiencia de Iglesia universal; tantos gestos de vida, de fraternidad cordial y sencilla, de cercanía que ha habido, del Papa, de tantas personas, la voz potente de las mujeres, de los indígenas…
También nos planteamos cómo seguir, de qué manera vamos a vivir el post-sínodo, ya que fue muy fuerte la preparación de los dos años previos. Se habló de seguir implementado las Redes, los organismos sumamos para tener voz y aplicación de esta experiencia a los distintos contextos; del cuidado de las personas, del medio ambiente; la comunicación que ayuda a la comunión en la diversidad…
Después, con el resto de las personas, seguimos compartiendo sobre todo respecto al futuro y cómo implementar el Sínodo en los lugares donde estamos.
Entre una y otra, pasó un rato con nosotros Arturo Sosa sj, Superior General de la Compañía de Jesús, quien nos recordaba que el Sínodo no es un documento sino un proceso; vivir la experiencia y poder compartirla, desde el pre-Sínodo, el desarrollo del mismo y la devolución en el post-Sínodo.
Este, concretamente, no es sólo para la Amazonía sino para toda la Iglesia. El Papa Francisco va iniciando procesos y este es uno de ellos, el aterrizaje de la Laudato Si.
Esta no se ha quedado en papel sino que se ha explicitado. Es verdad que ha tenido no pocos detractores, pero al igual que la Palabra de Dios, no puede quedarse encerrada. Ojalá que este proceso no se muera; la conversión ecológica será la conversión de las pequeñas cosas de la vida. Todo esto lo retomaremos en el encuentro que vamos a tener pronto y donde también estarán presentes las cuatro Preferencias Apostólicas, que no se pueden separar, van pegadas, hay que tomar las cuatro juntas: si no acompañamos a las personas pobres y vulnerables, si no tenemos en cuenta la juventud, la ecología integral, el discernimiento y los ejercicios espirituales… Es compromiso de la Compañía, no podemos dejarlo solamente a las palabras.
Aunque tenemos poco tiempo porque Arturo está a punto de viajar a Eslovenia, se le presentan algunos puntos que no conviene olvidar:
- Iglesias y minería, desinversión de la Iglesia en esos temas.
- Apoyar la vida de los indígenas,
- Acompañarles desde la Compañía pero unida a otras instituciones de Iglesia.
- Este Sínodo marca un antes y un después; una forma eclesiológica de hacer sinodalidad; ésta es la hora, sin dudar ni poder dudar.
- Son situaciones complejas pero exigen concreciones.
- Algo nuevo está haciendo…
Hemos pasado prácticamente la mañana y al salir me esperaba Germán García, de Argentina, que compartimos grupo en el pasado Sínodo de los jóvenes y quería entrevistarme; así lo hicimos, con la basílica de San Pedro de fondo, grabándome en vídeo.
Ahora ya en casa quiero terminar este relato de manera que el próximo recoja los días finales que se aproximan.
El domingo, con la misa en la Basílica de San Pedro, se da por clausurado este Sínodo.
Hasta pronto y gracias por seguir leyendo.
Por Mª Luisa Berzosa FI