Sigue la actualidad del 3º Encuentro Internacional de laicos también a través del perfil de Facebook creado por el equipo organizador.

Y mientras nos acercamos a las fechas de celebración de este encuentro en Filipinas, continuamos compartiendo los mensajes que envían algunas de las 13 personas que van a participar en él. Hoy, el que comparte su preparación para el  3ºEIL es Sergio Rosa:

Mi nombre es Sergio Rosa y trabajo como profesor en el colegio Juan Nepomuceno Rojas de Sevilla. 

Apenas llevo 5 años en el Colegio, y podría decir también, 5 años apenas, de mi primer acercamiento serio a la Congregación de las Hijas de Jesús, a la Madre Cándida, y todo lo que supone su historia y su sueño. Sería injusto decir que todo fue novedad para mí, pues soy antiguo alumno de los Jesuitas.

Junto a ellos comencé mi camino de fe y de la mano de la espiritualidad ignaciana he ido descubriendo al Dios de la Vida y el rostro de ese Jesús pobre y humilde, que sedujo primero a Iñigo de Loyola y 300 años después a otra joven guipuzcoana de la pequeña localidad de Andoain. Cosas de la Providencia, de Jesuitas a Jesuitinas.

Estos años han sido un proceso de descubrimiento y acercamiento sereno y novedoso a la figura de la Madre Cándida, la santa, como me gusta referirme a ella, con toda la carga  terrena y divina que esto supone. Me parece interesante contextualizar un poco mi camino para hablar de cómo me encuentro a pocas semanas del comienzo del Encuentro Internacional de Laicos en Filipinas, en el que participaré como laico miembro de esta Familia congregacional.

Durante este tiempo he ido conociendo a Cándida María de Jesús, descubriendo ese sueño que Dios dejó caer en su corazón, he ido conociendo su modo de evangelizar a través de la educación, conociendo su opción valiente por las más desfavorecidas, descubriendo a una mujer que supo leer los signos de los tiempos y dar respuestas desde la confianza en el Espíritu. Poco a poco me ha enganchado el testimonio, hoy más vivo que nunca, de una testigo del amor de Dios,  pero sobre todo de una mujer de confianza, ejemplo de lo mucho bueno que Dios saca de nosotros si nos dejamos hacer por Él. Menuda lección y menuda gracia, de esas que hablan De Dios y también sacan sonrisas.

Es la primera vez que participo en un encuentro de estas características y lo vivo con expectación e ilusión, pero sobretodo sintiéndome profundamente afortunado por poder participar de esta aventura de comunión en la diversidad, universalidad y fe. Me siento peregrino tras los pasos de Madre Cándida, con el buen ánimo para dejarme sorprender por todo lo que viviremos esos días en Filipinas.

Tengo buena amistad con varios de los que participaremos en el Encuentro y a otros empezaré a conocerlos allí, pero a todos los contemplo como compañeros de camino que,  enviados desde España, descubriremos como regalo las diferentes sensibilidades y modos de seguir hoy amando, educando y sirviendo tras los pasos de la Madre Cándida. A ella encomiendo nuestro viaje y todo el Encuentro, consciente que otra Mujer, María, nos lleva de la mano en este camino rumbo a Filipinas, y aunque la época de monzones confiemos haya pasado ya, nos cubre también con su manto.

Sergio Rosa Caballero