¡Gracias Papa Francisco!

Con mucho pesar, el mundo entero se despide del Papa Francisco, quien falleció hoy, 21 de abril, a los 87 años. Su vida y pontificado estuvieron marcados por su incansable compromiso con los más pobres, su lucha por la paz y su inagotable labor por una Iglesia más cercana y misericordiosa. A lo largo de su pontificado, el Papa Francisco abrió nuevos caminos en la Iglesia, caminos de diálogo, justicia y compasión, dejando una profunda huella en su historia.  

En estos últimos días, el Papa Francisco nos dirigió un mensaje de esperanza y consuelo durante su discurso de Pascua, “Urbi et Orbe”. En ese emotivo mensaje, el Papa proclamó con fuerza:

“Cristo ha resucitado, ¡aleluya! Hermanos y hermanas, ¡feliz Pascua!”.
Con estas palabras, nos invitó a reconocer el poder de la resurrección de Cristo, y cómo nos transforma si le dejamos entrar. 

Un mensaje que también fue un llamado a la esperanza activa y a la paz: “no es una esperanza evasiva, sino comprometida; no es alienante, sino que nos responsabiliza”. En medio de los conflictos del mundo, el Papa Francisco animó a “poner sus frágiles manos en la mano grande y fuerte de Dios, para caminar juntos como peregrinos de esperanza, testigos de la victoria del Amor”. Y junto con la esperanza, instó a “buscar soluciones por medio de un diálogo constructivo”.

“Cristo ha resucitado. La Pascua es la fiesta de la vida”, con estas últimas palabras que nos dirigía aquel día, el Papa nos dejaba su testimonio de esperanza inquebrantable, invitándonos a seguir luchando por un mundo más justo y pacífico. Su muerte nos deja una profunda tristeza, pero también el consuelo de saber que su legado perdura, en cada gesto de amor y compasión que, a través de su vida, inspiró a millones de personas alrededor del mundo.

Pedimos por el Papa Francisco, para que sea acogido en los brazos misericordiosos de Dios. Y que, como él mismo nos enseñó, sigamos adelante con esperanza.

¡Descansa en paz, Papa Francisco!