El 27 de abril, día de la muerte de Mª Antonia Bandrés, y después de haber disfrutado de un día de una buena convivencia las dos Comunidades Enfermería de Granada y Málaga, y haciendo un poco de memoria, podemos recordar que debido al COVID19 hemos tenido un parón en muchas de nuestras actividades. Y en las Casas Enfermería parece que ha tenido mayor repercusión… Sencillamente, hemos tenido menos comunicación con el exterior, con lo que eso conlleva de aislamiento, y un etcétera enorme.

Algunos años antes de este acontecimiento, las Comunidades de Granada y Málaga habíamos tenido “encuentros festivos”. Lo patrocinaba todo la Empresa THAISMON. Buscábamos fecha y lugar, casi siempre cerca de la playa, y cada comunidad desde su punto de origen a la hora indicada, allí se encontraba. Saludos, mucha alegría, un paseo hasta el restaurante ya reservado, aperitivos, buena comida, buena conversación… Emoción y agradecimiento.

No faltaba nuestra visita a la iglesia del pueblo, donde teníamos la Eucaristía, normalmente con el Párroco. Poníamos el día en manos del Señor y de María, su Madre y nuestra Madre que nos acompañaban en nuestro camino.

Tal como estaba previsto, llegaron las hermanas de Granada, puntualmente  acompañadas también de algunas auxiliares. Tras los saludos y abrazos, manifestación de  la alegría del encuentro, participamos en la Eucaristía. La Capilla se llenó. El ambiente era festivo, de Pascua, y todo hablaba de un encuentro fraterno.

Parece como si la Congregación se hubiera unido a este acontecimiento. Somos conscientes de lo que supone el cuidado de las hermanas mayores y enfermas, a muchos niveles  y nosotras lo agradecemos.

El comedor  estaba  completo, éramos casi 50… Cantos de bienvenida, bendición de la mesa y… ¡a pasar un buen rato!

Una sobremesa larga, donde compartimos pequeños detalles. Un día significativo, precisamente en el Colegio tenían organizada  por la tarde una “Carrera Solidaria FASFI.  Para las Hijas de Jesús y la familia Madre Cándida es un día importante…

Un poco de descanso y nos fuimos poco a poco hacia el salón de actos del Colegio donde tendríamos una sorpresa. La profesora de baile del Colegio  había preparado con un grupo representativo de niñas y adultos bailes típicos para deleitarnos. ¡Qué buena sorpresa!

El tiempo corría y  había que decir adiós  Llegó la hora prevista, sobre las 6 de la tarde, y este bonito día quedó grabado en nuestro corazón,  en nuestra vida.

No podemos terminar sin agradecer a todas las personas que hicieron posible este encuentro, así como a las auxiliares y el personal, tanto de nuestra Casa de Málaga como las de Granada.

Seguro que algunas de nosotras estaremos pensando cuándo se repetirá. Ese es nuestro deseo: volver a tener otra oportunidad de  encontrarnos, disfrutar y agradecer de nuevo  “tanto bien recibido”. Y vivir siempre es esta actitud de agradecimiento a Dios y a la Congregación y también al personal que nos atiende.

Terminamos el día y nos queda el recuerdo de este bonito encuentro, en el día de nuestra hermana Mª Antonia Bandrés, que nos recuerda una vez más: “Es preciso llegar a la cumbre, de hacerlo, hacerlo entero”.

Comunidad de Málaga