3 de enero

El NOMBRE en la Biblia tiene hondura que no abarcamos: la persona es, en su hacer. 

Tan importante que suele conllevar un nombre nuevo cuando Yahveh confía misión relevante. 

Moisés y el pueblo quieren saber el NOMBRE de su Dios:»YO SOY» 

Los salmos cantan y alaban el NOMBRE del Señor, sin atreverse a pronunciarlo. 

Jesús, le siente Abba, y su primer anhelo es: «santificado sea tu NOMBRE».

María, feliz en su cántico «santo es su NOMBRE». 

YESHÚA, será el nombre del hijo que María va a concebir. El nombre también viene cubierto por la sombra del Espíritu, porque salvará al pueblo de sus pecados. José le pondrá YESHÚA, requerido por el ángel. 

El ser y la misión de Jesús, en su nombre:«YAHVEH SALVA».

Discuten su grafía, no su significado.

Es el sueño de Dios sobre la entera humanidad: mysterium fidei, que, estremecidos por tanto amor, adoramos en ese pesebre de Belén.

Los cercanos a Jesús sabían de la fuerza de su Nombre: y curaban y sanaban. Y estaban contentos y felices por haber sufrido por su Nombre. Llegaron a ser sus testigos hasta dar la vida por su Nombre, por Jesús.

Al margen de debates de filólogos hebreos expertos, grafía y fonética que no alcanzamos, nos llega la trasliteración al griego koiné, con variantes fónicas y una sigma añadida al final por ser nombre masculino. 

Y otra trasliteracion para acercarse ya al alfabeto latino, que parece ser de origen griego usado en Cumas, colonia griega, siglo VII a. d. C, sur de Italia, a través de los etruscos, que escribía: IESUS o JESUS .

De esta última grafía nos servimos el español: JESÚS. Con una vigorosa gutural que arranca del alma y unas «eses» fricativas que nos hacen paladear su Nombre, alargarlo a discreción para saborear su dulzura. 

«IESU dulcis memoria…» recitaba ya Bernardo de Claraval, allá por el siglo XI.

San Juan Crisóstomo, San Gregorio Niceno, Orígenes y San Agustín ya habían proclamado la excelencia del Nombre.

El Papa Gregorio X, 1274, concilio de Lyon, promueve la devoción del NOMBRE DE JESÚS.

En el siglo XIV florece su culto litúrgico.

San Bernardino de Siena, gran devoto, ya esboza un IHS para expresar su amor al NOMBRE DE JESÚS. Quizá sea de los primeros IHS que conocemos. 

En 1530, el Papa Clemente VII concede a la Orden Franciscana la celebración de su Fiesta. 

Dominicos y Franciscanos extienden esta devoción que llega a configurar Cofradías populares bajo esa advocación: Burgos 1480 y Málaga 1561.

Los compañeros de Ignacio de Loyola se congregan en «Compañía de Jesús» 1534. El nombre de JESÚS, IHS, sello del Prepósito General. Emblema también de toda la Compañía, signo y motivo de su acción por el Reino, al servicio de la Iglesia.

1723, Johann Sebastian Bach, en el décimo movimiento de la cantata BWV 147 «Jesús alegría de los hombres» armoniza música: coro y orquesta. Cantata que parece de ángeles tañendo arpegios acordes con letra muy íntima:»Jesus bleibet meine Freude…. Jesús sigue siendo mi alegría, consuelo y bálsamo de mi corazón. Jesús me defiende de toda pena, Él es la fuerza de mi vida, el gozo y sol de mis ojos, el tesoro y la delicia de mi alma; por eso no quiero dejar ir a Jesús fuera de mi corazón y de mi vista».

A finales del XIX entra en cortejo Juana Josefa Cipitria y Barriola

Niña aún, en el halda de su amona aprende: «Señor mío Jesucristo, Creador, PADRE, y Redentor mío…» . Denso debe ser el sentir; porque en JESÚS parece que totaliza su Dios:»en Jesús todo lo tenemos.»

El Espíritu la irá conduciendo por senderos insospechados hasta fundar una Congregación, HIJAS DE JESÚS, para la educación católica de los Pueblos. 

La M. Cándida condensa y concentra y designa la gracia carismática, el ser de las HIJAS DE JESÚS en el nombre de Jesús. En un  IHS peculiar, Hipocorístico griego del nombre de Jesús: mayúsculas IOTA, ETA, SIGMA: IHS. 

Con un diseño especial. Hipótesis razonable: tendremos que contemplar el retablo del Rosarillo, donde ella sintió la acción del Espíritu, bajo el visible amparo de  la Virgen. 

Ver el siluetado de las letras que coronan el retablo. Superponer el plano  de la paloma del Espíritu, concentración de rayos… Y quizá podremos inferir el estro inspirativo del IHS de la M. Cándida.  

El IHS que nos legó, es pues, una versión icónica del misterio pascual: Jesús muerto y resucitado. Clavos y cruz, significando su muerte. Pero también rayos. Los rayos, hasta la cruz emite rayos, en toda iconografía religiosa han sido siempre una evocación de lo numinoso de la divinidad. 

En la cristiana, de sacralidad, de glorificación. Resurrección, en Jesús .

El IHS que la M. Cándida lega a su Congregación es ése proclamado en Fil. 2,11:

 «… se humilló a sí mismo, obedeciendo hasta la muerte y  muerte de cruz. 

Por lo cual Dios lo exaltó y le otorgó el NOMBRE sobre todo nombre. 

Para que al NOMBRE de JESÚS, toda rodilla se doble en los cielos y en la tierra y en los abismos, y toda lengua confiese que Cristo Jesús es SEÑOR para gloria de Dios Padre».

En el NOMBRE DE JESÚS tenemos el vigor y la fuerza para seguir anunciando que ¡JESÚS ES EL KYRIOS, EL SEÑOR!
Felices de ser salvadas y llamadas a salvar: nuestra misión de HIJAS DE JESÚS.  

 ¡Feliz fiesta del Dulce Nombre de Jesús!

  Teresa Zugazabeitia FI