Ayer, 11 de diciembre, se reunió en Madrid, por primera vez, el Patronato de la Fundación Educativa Jesuitinas. Es su máximo órgano de gobierno. Tal como ya había comunicado Mª Carmen Martín a las hermanas de la Provincia y a los claustros de los colegios, el Patronato está integrado por nueve personas:
Silvia Cortés Gil | Antigua Alumna del colegio Stella Maris (Almería) |
Rogelio Domínguez Fernández | Ex miembro del AMPA del colegio Miralba (Vigo) |
Íñigo García de Amézaga Cuevas | Comunidad Educativa del colegio María Virgen (Madrid) |
Mª Rosario Hernángomez Barahona | Hija de Jesús |
Mª Carmen Martín Criado | Hija de Jesús |
Celia Rivera Cuevas | Hija de Jesús |
Rosa Mª Romo Soler | Hija de Jesús |
Cipriano Santidrián de la Granja | Comunidad Educativa del colegio Blanca de Castilla (Burgos) |
Mª del Carmen Sastre Yusta | Hija de Jesús |
De izquierda a derecha: Cipri, Rogelio, Silvia, Rosario, Mª Carmen, Rosa, Íñigo, Celia y Carmen
Según los Estatutos, la presidenta o el presidente lo nombra la Entidad Fundadora, es decir, la Congregación. En una de las últimas reuniones del Gobierno Provincial se ha nombrado presidenta del Patronato de la Fundación a Rosa Mª Romo Soler. Íñigo García de Amézaga será el vicepresidente, y las funciones de secretario y vicesecretario estarán en manos de Cipriano Santidrián y Rosario Hernangómez, respectivamente.
A esta primera reunión del Patronato también han acudido los miembros de la Comisión Institucional y la Delegada de Obras Educativas, que a su vez coordina la Comisión de Proyecto. Ambas comisiones, a lo largo de los últimos meses, se han encargado de las tareas previas para la creación de la Fundación Educativa Jesuitinas.
Acto de constitución de la Fundación
A las 10:30 horas daba inicio este primer encuentro del Patronato de la Fundación. Tras los saludos y un sencillo café de media mañana a la espera de que llegaran todos los convocados, MªCarmen Martín, Superiora Provincial de las Hijas de Jesús, les dio la bienvenida y agradeció a los patronos “el cariño, generosidad y disponibilidad” con que aceptan el servicio que la Congregación les pide. Así subrayaba la importancia de este día:
“El paso educativo que damos hoy es de calado. Nace una obra apostólica en la Iglesia que lleva en su entraña el carisma que el Espíritu dio a la Madre Cándida. Y queremos que lo lleve en toda su historia, para que las obras educativas que hasta ahora son de las Hijas de Jesús se conserven y aumenten en su buen ser, como dice la Carta Fundacional”.
También dio lectura a una carta de MªInez Furtado, Superiora General de las Hijas de Jesús, agradeciendo a cada uno de los presentes su aceptación de formar parte del Patronato.
“La obra no es vuestra, es de Dios”. Por eso, la reunión continuó con un momento de oración en común, que quiso posibilitar un encuentro con uno mismo, con el grupo y con Dios en medio de una realidad desbordante pero a la que cada uno de los presentes es enviado. La lectura de Ecl. 3, 1-9 (“Todo tiene su tiempo bajo el sol…”) y la Palabra que propone el evangelio del día (Lc 5, 17-26: la curación del paralítico), ayudan a los presentes a situarse en clave de escucha y confianza al Dios que está en la historia llamándonos a colaborar con él. Y de fondo la pregunta: ¿Cómo ser buena noticia para aquellos a los que cada uno es enviado a servir?
A continuación, Fernando López Tapia se encargó de informar a los asistentes sobre diversos aspectos legales relacionados con las fundaciones, tras lo cual los patronos se dirigieron al notario para proceder a la firma de la escritura de constitución de la Fundación Educativa Jesuitinas.
Ya por la tarde, los miembros de la Comisión Institucional informaron a los patronos sobre el proceso seguido hasta este momento, así como de los próximos pasos a dar. También, desde la Comisión de Proyecto se hizo una presentación de la situación de cada uno de los centros de la Provincia.
Agradecimiento, responsabilidad personal y responsabilidad compartida son los ecos que resuenan entre los participantes a este primer encuentro del Patronato de Jesuitinas al final de un día muy intenso. Manifiestan ser conscientes de que hay una ardua tarea por hacer, pero es mayor en ellos la ilusión de la confianza depositada en cada uno y la clara certeza de que Dios seguirá mostrando y acompañando el camino que emprenden.