Una de las “Llamadas en la acción apostólica” que vieron la luz en la última Congregación General XVIII está directamente relacionada con la pastoral con jóvenes. Mª Carmen Jiménez, FI, se experimenta apasionada y llamada, desde siempre, al anuncio explícito de Jesucristo en cualquier ámbito al que ha sido enviada y, muy especialmente, en el acompañamiento a jóvenes. De hecho, hasta el curso pasado, era la encargada de coordinar la Pastoral Juvenil Vocacional de la provincia España-Italia. Había sido enviada a Uruguay para esta labor concreta y, ahora, tras meses trabajando desde Madrid con Teresa Li, consejera general y responsable del área de la pastoral eclesial con jóvenes, comenzará su nuevo envío en Roma para seguir colaborando en la animación de la Pastoral Juvenil Vocacional de toda la Congregación.
Estar en el campo de la animación vocacional le llena de alegría y le motiva enormemente poder hacerlo desde este lugar tan universal de la capital italiana, sede de la Curia General, desde el que se impulsa la vida de la Congregación. A Mª Carmen se le amplía el horizonte, y asegura sentirse afortunada y agradecida por haber experimentado un valioso regalo que el Señor le hizo al llamarla a ser Hija de Jesús: la disponibilidad para ir “a cualquier parte del mundo, donde se necesite”. “Han sido unos meses de mucha oración, de proceso personal y viaje interior; de salir de España, ir a Uruguay, esperar…, no ir a Uruguay y ser enviada a Roma; y los he vivido como oportunidad y don”, confiesa.
Decir adiós nunca es fácil, pero Mª Carmen lo hace, por experiencia, con la certeza de seguir teniendo cerca a todas las personas a las que quiere y que la quieren: “Cada envío supone una despedida, un dejar terreno conocido y relaciones “presenciales”, pero la gente que se cuela en tu corazón, ahí se queda para siempre”. Las despedidas que le han hecho han sido “preciosas y muy emotivas, cargadas de cariño y gratitud”.
¿Su mayor reto? Expandir y multiplicar con entusiasmo por el mundo y junto a toda la Familia Madre Cándida “esta llamada que algunas personas vivimos con tanta fuerza” a caminar con los jóvenes. Mª Carmen, gracias a su experiencia, reflexión, trabajo con otros…, y, sobre todo, con su alegría y confianza en Dios, colaborará con el impulso y animación de esta bonita misión.
¡Toda la suerte del mundo y buen viaje!