Como cada año, del 5 al 9 de abril, desde el equipo de Pastoral Juvenil Vocacional (PJV) de la Provincia organizamos la Pascua de Almería FI. Unos días para acompañar a Jesús en su pasión en los barrios de Piedras Redondas y Los Almendros, días para rezar y compartir en comunidad. A través de varios testimonios de entrega comprendimos lo que implica “amar hasta el extremo” y nos sentimos invitados a ello. Tres de los jóvenes que participaron en la Pascua comparten cómo lo vivieron:

“He tenido la suerte de haber vivido en Almería la experiencia de tres campos de trabajo, pero sin duda esta Pascua ha sido completamente nueva para mí. Han sido días de muchos encuentros y oración, en los que creamos una pequeña comunidad en la que respirábamos confianza, sencillez y cercanía. Días donde pude sentir la presencia de Dios en cada uno de ellos, en cada testimonio, en cada calle del barrio, en las conversaciones y los bailes… Donde sentí el cariño y la acogida de todas las personas del barrio, comenzando por la comunidad de las Hijas de Jesús, los Jesuitas y toda la gente de los Almendros y Piedras Redondas. Solo puedo dar las gracias al Equipo Coordinador por el cuidado, esfuerzo y acompañamiento que nos habéis dado. Vuelvo muy agradecida, con ganas de transmitir y hacer vida la esperanza que he respirado esta Pascua. Y con el deseo profundo de dejarme transformar por el Jesús Resucitado y hacer camino en mi Galilea”.

Stefanía Merino Jiménez, 24 años. Pastoralista del CM Berrospe y Jóvenes FI Madrid

“Estuve en Almería en un campo de trabajo el año pasado y reconozco que una parte de mí nunca se fue. Pasar la Pascua aquí respondía a dos deseos: el de volver a este lugar que tanto me marcó, y el de vivir la Semana Santa en comunidad y en profundidad. Mi petición inicial fue dejarme interpelar y hacerme vulnerable ante esta realidad. Vuelvo a mi Galilea profundamente agradecido, y con el deseo de que esta experiencia tenga el poder de transformar mi mirada, y por qué no, mi vida”.

Esteban Mogas Ribas. Actualmente trabajando en París

“Volver al barrio siempre es un regalo. Para mí esta Pascua ha sido muy importante porque he podido desconectar para poder conectar para lo verdaderamente importante y he tenido la gran suerte de tener una experiencia profunda de Dios. Además, la he podido vivir muy desde dentro y estoy muy agradecida de haber vuelto a este lugar tan lleno de Dios. Allí es fácil ver y sentir a Jesús a través de las personas, de las palabras, de las miradas”.

Marian Ramírez Peñuela, 25 años. Monitora de Alcor. Actualmente en un colegio de salesianos en Granada