El Colegio Mayor Montellano celebró, el día 20 de septiembre, la apertura del curso academico. Una eucaristia presidida por Ricardo de Luis, dominico, ayudó a poner palabra lo que en este comienzo viven las colegialas. Así se expresó al comienzo:
No llevamos más que dos semanas en Montellano y, poco a poco, nos vamos sintiendo parte de una familia, formada por otras 50 nuevas llenas de ilusión y de nervios, veteranas que son para nosotras un ejemplo a seguir, los trabajadores, el equipo directivo y la comunidad de Hijas de Jesús, que nos acompañarán y ayudarán durante todos estos años.
Nuestra máxima aspiración este año es, además de aprovechar la formación académica, crear lazos que esperamos mantener durante toda nuestra vida. En las convivencias de Alba de Tormes, aprendimos que para conseguir un objetivo común nos necesitamos las unas a las otras y que en ocasiones la convivencia puede ser complicada y por ello necesitamos aprender a ceder. (¿Os acordáis, chicas, del ovillo?)
Estamos seguras de que en el colegio siempre vamos a tener un hombro sobre el que llorar o alguien a quién acudir. Y, sobre todo, vamos a estar acompañadas de Jesús, que nos invita a crecer en la fe, a arder donde haga falta, a ser su luz, a cuidarnos y a comprometernos a construir un mundo mejor.
Un momento especial se vivió, cuando las colegialas veteranas pusieron la pulsera del Colegio Mayor a las nuevas. Un símbolo de la acogida y el cuidado vividos en este mes de comienzo.
También hubo espacio para agradecer
Gracias por demostrarnos en estas dos semanas, que como dice el lema, con vosotras soy. (...) Damos gracias tanto al equipo directivo, como a los trabajadores y a todas vosotras que estáis aquí hoy, vuestra confianza, que ha conseguido que la pena y la tristeza se conviertan en alegría y seguridad.
A continuación, una cena de fiesta ayudó poner el boche final, antes de continuar la fiesta fuera del Colegio Mayor Montellano.