En un ambiente de profunda comunión y esperanza, se celebró la solemne Misa del Espíritu Santo que marcó la apertura de la XIX Congregación General. Esta celebración eucarística, enmarcada en la octava de Pascua, fue presidida por el P. Arturo Sosa Abascal, SJ, Superior General de la Compañía de Jesús, quien acompañó a las congregadas en este significativo momento de oración y discernimiento.
Un inicio simbólico
La ceremonia comenzó invitando a todas las presentes a vivir este momento como «una encrucijada de gracia» donde las Hijas de Jesús están llamadas a «renovar su compromiso con la misión confiada» y a «escuchar la voz del Espíritu Santo» para discernir el camino de los próximos seis años.
Graciela Franccovig, Superiora General, ingresó portando el cirio pascual, representando «la presencia de Cristo en medio de nosotras» y el compromiso de «alumbrar con la luz de la fe, la alegría y la compasión» en un mundo marcado por la oscuridad. Junto al cirio, se presentaron las memorias históricas recogidas en cada provincia, trayendo al altar la historia vivida durante el último sexenio, honrando «a quienes nos precedieron» y fortaleciendo el «sentido de pertenencia» congregacional.
Una celebración llena de signos
La celebración, sencilla pero profunda, estuvo cargada de signos que nos situaban ante el momento tan importante que estamos viviendo. La universalidad de la Congregación se manifestó a través de la diversidad lingüística presente en cada momento de la liturgia.
Durante el ofertorio, se presentaron simbólicamente los cien postulados llegados de toda la Congregación, junto con la valiosa contribución de los laicos para esta Congregación General. Estas ofrendas llevaban consigo «sueños y anhelos, así como luchas y esperanzas», con el deseo de que el Señor las transforme «en vida nueva para el bien de nuestros hermanos».
Junto al pan y al vino que se convertirían en el Cuerpo y la Sangre de Cristo, estos postulados representan el compromiso de las Hijas de Jesús de seguir construyendo el Reino de Dios en colaboración con todos aquellos que comparten su carisma.
La homilía: una invitación a la esperanza pascual
En su profunda homilía, el P. Arturo Sosa partió de la pregunta de la secuencia pascual «¿Qué has visto de camino, María, en la mañana?», para invitar a las congregadas a una experiencia similar a la de María Magdalena ante el sepulcro vacío. «Pidamos desde muy dentro de nuestros corazones la gracia de esa visión, de esa experiencia interior como inspiración de esta XIX Congregación General», expresó el Superior de los jesuitas.
Con palabras llenas de esperanza, el P. Sosa desarrolló varios temas fundamentales para este tiempo de discernimiento:
- La gracia de una nueva visión: «La gracia de no ir a buscar entre los muertos al que está vivo… de experimentar el amor de quien entregó su vida por nosotros en la cruz y, resucitado, renueva nuestra Esperanza».
- La esperanza como virtud transformadora: «Quien tiene esperanza no sólo tiene fe en que otro mundo es posible, sino que se comporta desde ahora como si viviera en él».
- La certeza de la presencia divina: «El Señor, el crucificado-resucitado, no nos abandona en manos de la muerte que acecha en todos los rincones de las situaciones en las que vivimos en estos momentos de la historia humana».
- El envío misionero: Como María Magdalena, las Hijas de Jesús son enviadas a anunciar la alegría de la resurrección, liberadas de los miedos que paralizan.
Finalmente, dirigiéndose directamente a las congregadas, las exhortó:
«Como Hijas de Jesús, reunidas en Congregación General, ustedes han decidido ir a su encuentro. Déjense sorprender por las iniciativas que les tiene reservadas el Espíritu Santo».
Silencio conmovido por la pascua del Papa Francisco
Antes de concluir la celebración, tras el momento de Acción de Gracias, el P. Sosa recibe una noticia que acababa de ser pública y la comparte:el Papa Francisco ya estaba gozando del abrazo del eterno Padre Dios.
La inesperada Pascua del Papa Francisco, dejó a todas las hermanas congregadas conmovidas: con un profundo silencio, agradecieron su vida y pontificado.
La misa finalizó encomendando a María el camino iniciado, pidiendo también el acompañamiento en la oración de todas las Hermanas y laicos presentes en la Eucaristía, fortaleciendo así los lazos de comunión que sostienen la misión compartida.
Puedes volver a vivir esta entrañable celebración en el video de la transmisión en vivo, en nuestro canal de YouTube.
Comisión Internacional de Comunicación