Santa Cándida María de Jesús lo expresó con fuerza:
“Al fin del mundo iría yo en busca de almas”.
Este deseo profundo no era solo un anhelo geográfico, era un viaje del corazón. Salir de uno mismo, romper las fronteras interiores, caminar hacia el otro, allí donde nos necesita.
Hoy, como Hijas de Jesús, seguimos escuchando esa llamada: ir más allá.
Ir más allá de las fronteras conocidas.
Ir más allá de las comodidades y seguridades.
Ir más allá de nosotras mismas.
Ir más allá es un movimiento interior que nos saca de lo cotidiano, de nuestras certezas y nos abre a la novedad del encuentro. Es salir al encuentro del otro, allí donde está, allí donde vive, allí donde espera.
El verano se convierte para nosotras en una oportunidad especial para vivir este “más allá”:
Es un tiempo de salida.
Un tiempo de misión.
Un tiempo para ponernos en camino, en búsqueda, en escucha.
Porque cuando nos atrevemos a ir más allá, descubrimos que Dios siempre nos espera allí, en los márgenes, en lo nuevo, en las personas concretas que cruzan nuestro camino.
Salir, buscar, acompañar. Así nos soñó Santa Cándida y así queremos seguir respondiendo hoy, con jóvenes, con familias, con comunidades. Ser presencia viva de Jesús, allí donde parece que nadie llega. El mundo sigue necesitando corazones disponibles, capaces de mirar lejos y acercarse con ternura.
Como Hijas de Jesús, este verano queremos caminar, servir, sembrar, y encontrarnos con la Vida que brota en cada rincón.
Te invitamos a unirte a este camino.
¿Te animas a salir?