“Sabemos que para los que aman a Dios, todas las cosas cooperan para bien”. Rom. 8,28
San Ignacio utiliza el verbo “Examinar” como sinónimo de inquirir, investigar, escudriñar con diligencia y cuidado, observar atenta y cuidadosamente… para reconocer… Examina, pero no te pongas nota; pídele a Dios que te ayude a descubrir dónde ha estado, en qué o en quién te ha salido al encuentro y por dónde ha conducido tus pasos en los últimos 12 meses. Y… acoge…, agradece…, perdona…, pide perdón si es necesario… y renueva tu deseo de ayudar a construir un futuro nuevo donde nadie quede fuera.
1. Pido luz
Sereno mi corazón para compartir lo vivido con un Amigo muy especial; pido luz para conocer las señales y la acción de Dios en el año que termina. Recuerdo que Jesús dejó su Espíritu para llevar a la creación a su plenitud y restaurarla al modo del Creador.
2. Agradezco los dones del año
Hago un repaso de lo vivido: actividades, experiencias, encuentros, trabajos… Doy gracias por todo lo vivido y vuelvo a pasar por el corazón en qué momentos sentí una mayor cercanía con el Señor. Por lo experimentado internamente es cómo me puedo dar cuenta de esta cercanía: esperanza, entrega, gratitud, servicio, libertad…
3. Perdonada/Perdonadora
Pienso en los descuidos que no me permitieron obtener mayores frutos en el año. Reconozco si hubo alguna insensibilidad ante las necesidades que encontré en el camino. Asumo mis pecados en la construcción de la fraternidad y la justicia. Pido perdón a quienes hoy ofendí. Doy mi perdón a quienes me lastimaron. Me doy a mí misma el perdón que Jesús me regala.
4. Invitada a futuro nuevo
Renuevo mi amistad y mi deseo de amar y servir: “Señor, tú lo sabes todo, tú sabes que te amo”. Le pido la bendición a María. Los movimientos internos vienen acompañados de invitaciones, trato de situarlas, agradecerlas, ver a dónde me impulsan. Dios me da sus dones y se me da en ellos.
¡¡FELIZ FIN DE AÑO!!