Tras las huellas de la Madre Cándida: voces y experiencias de una peregrinación entrañable
El pasado 11 de octubre, un grupo de Hijas de Jesús de las comunidades de Madrid emprendió una peregrinación a Segovia para revivir la Ruta de la Madre Cándida, recorriendo los lugares donde la fundadora dejó una profunda huella espiritual y educativa. Más allá del recorrido histórico, la jornada se convirtió en un encuentro fraterno que tocó el corazón de todas. Hoy compartimos las experiencias que algunas hermanas se llevan de esta emotiva ruta.
“Una profunda alegría”
Para Ana María Jócar FI, la peregrinación fue “un regalo de convivencia y de buen ambiente entre todas”, un día que le permitió conocer por primera vez la ruta que la Madre Cándida recorrió en Segovia y que hasta ahora le era desconocida.
“Sentí una profunda alegría al encontrarme con la fundadora a través de los lugares donde estuvo presente, especialmente la iglesia de San Justo, la casa de la calle Trinidad y el primer colegio fundado por ella. Además, agradezco de manera especial la dedicación y la explicación cuidadosa de Isabel García, quien compartió todo desde un cariño sincero hacia la Madre Cándida”.
“Una experiencia gozosa y de familia”
Para Matilde Ballesteros FI este día lo vivió como “una experiencia bonita, gozosa, de familia”, un caminar conjunto en el que sintieron que ponían sus propios pasos sobre las huellas de la Madre Cándida. Destaca cómo pudieron palpar la fuerza y el arrojo de la fundadora en medio de tantas dificultades, impulsada siempre por la voluntad de Dios. “
“He vivido momentos que me han emocionado particularmente, por citar algunos, la entrada al patio de la Casa de la Trinidad número 2 —donde nació el Colegio del Sagrado Corazón de Segovia— y la parada en la plazuela de la Madre Cándida, un lugar especialmente significativo en donde viví en el 2011 la clausura de ese colegio. También el comprobar la nostalgia y el recuerdo positivo, con relación a la obra de la Madre Cándida, por parte de antiguos alumnos y alumnas con los que nos hemos encontrado en la Calle Real y en la Cueva de Santo Domingo”.
Un camino que sigue dando vida
Las voces de las hermanas muestran que esta peregrinación no fue solo un recorrido por lugares significativos, sino también un caminar interior, compartido y agradecido. Reencontrarse con la Madre Cándida a través de los espacios que marcaron sus primeros pasos en Segovia ha renovado en todas el cariño por el carisma recibido y la certeza de que su obra continúa viva en quienes la conocen, la recuerdan y la hacen crecer hoy.
