31 de mayo de 2025
Hoy conmemoramos el 180 aniversario del nacimiento de Santa Cándida María de Jesús. Un día que nos invita a dar gracias por su vida.

Nacida el 31 de mayo de 1845 en el Caserío del Berrospe, en Andoain (Guipúzcoa), Juana Josefa Cipitria y Barriola —más conocida como Madre Cándida— fue una mujer sencilla, profundamente confiada en Dios y con una misión clara: “Hacer todo para la mayor gloria de Dios y bien de las almas”.

Desde aquel día delante del retablo del Rosarillo (Valladolid), su vida quedó marcada por una entrega total a la voluntad de Dios, que la llevó a fundar la Congregación de las Hijas de Jesús en 1871. Hoy, su obra educativa y evangelizadora sigue viva en más de 19 países  donde las Hijas de Jesús continúan transmitiendo su carisma. 

Una alegría que contagia

Santa Cándida decía: “Me gusta que estén alegres en el Señor”, y esa frase resume su carisma. Su fe se traducía en alegría, cercanía, amor y ternura. A 180 años de su nacimiento, su mensaje continúa siendo actual y necesario: educar desde el amor, con los ojos puestos en Jesús.

Un día de celebración en toda la Familia Madre Cándida

Hoy, todas las Hijas de Jesús, las comunidades educativas y laicos de todo el mundo, que forman parte de su familia, celebran con gratitud este aniversario. Es una ocasión para mirar el pasado con memoria agradecida, vivir el presente con valentía y pasión, y soñar el futuro con esperanza.

El día anterior todos los colegios de la Fundación Educativa Jesuitinas se unieron en una jornada festiva para conmemorar este día tan especial. Con alegría, entusiasmo y en comunidad, alumnos, docentes, familias y personal celebraron la vida de Santa Cándida a través de momentos de encuentro, gestos solidarios, juegos y mucha alegría. Fue una verdadera fiesta de familia, donde su obra cobró vida en cada rincón.

Al igual que en los Colegios Mayores, donde se unieron las colegialas con la Comunidad Educativa para celebrar este día con una comida muy especial y en familia, como bien lo merece un cumpleaños. Fue un momento de encuentro que reflejó el espíritu de unión y gratitud que caracteriza el carisma de Santa Cándida.

Gracias, Madre Cándida, por tu vida y por seguir inspirando la nuestra. Que aumente en nosotros ese deseo de ser luz y esperanza para el mundo.