Durante los días 5 y 6 de septiembre, María Luisa Berzosa fi ha participado en el Jubileo de los grupos de diversidad sexual. Nos cuenta su experiencia:

“Estos días he podido participar del Jubileo de los grupos de diversidad sexual, con un apretado programa de actos que ha sido una verdadera revolución,  yo creo que del ‘buen Espíritu’ y que nos ha regalado una profunda consolación.

El viernes 5 a las 20h tuvo lugar una Vigilia de oración en la iglesia del Gesù. Los participantes hemos sido unos 1.300, de 30 países de procedencia. Por lo cual esta celebración fue en varios idiomas, acompañados por un excelente coro y presidida por miembros de la comunidad: sacerdote, laico,  matrimonio,  religiosa. Me pidieron estar ahí y hacer una oración en español.

Fue muy emocionante ver esa iglesia llena hasta el limite con rostros de alegría, donde no faltaban lágrimas,  con silencios profundos,  con testimonios vitales que nos conmovían hondamente, alguno de ellos largamente aplaudido.

Canciones,  aplausos,  abrazos de paz,  la Palabra, el reencuentro con tantas personas conocidas y otras que fueron apareciendo, han sido los elementos que nos acompañaron durante dos horas largas de celebración. Nos sentíamos como decía el lema “Iglesia,  casa para todos”.

El sábado a las 11 de la mañana tuvimos la celebración de la eucaristía presidida por el obispo Francesco Savino, Vicepresidente de la Conferencia Episcopal Italiana, y concelebrada por cincuenta sacerdotes,  cuya homilía nos alentó desde la Palabra de Dios y su propia actitud de cercanía y acogida.

“Es necesario liberarse de los prejuicios y nadie debe sentirse excluido, insisto, nadie debe sentirse excluido», “el Jubileo debe ser un tiempo de justicia reparativa y de restituir la dignidad a todos,  sobre todo a a quienes se les ha negado, afirmó Mons. Francesco Savino,  que fue rubricado con un largo e intenso aplauso.

Un evento aprobado por Francisco y confirmado por su sucesor, ya que Mons. Savino explicó que se había reunido con León XIV en agosto y que le dijo: «Vaya a celebrar el Jubileo de las asociaciones que se ocupan de estos hermanos y hermanas».

En otro momento recordó unas palabras de la carta que Mons Jose Cobo, arzobispo de Madrid  había dirigido a la Asamblea Mundial Arco Iris celebrada allí los últimos días de agosto: “La persona y su dignidad debe ser el punto de referencia para todos los cristianos”.

Al final de la celebración, el mismo obispo se acercó a dar un abrazo a James Martin, el jesuita norteamericano que es un referente en la acogida al colectivo de diversidad sexual, todo un gesto que hablaba más que muchas palabras.

Finalmente, a las 3 de a tarde de ese mismo sábado, nos reunimos en la Piazza Pia e iniciamos la peregrinación hacia la basílica de San Pedro,  acompañados por la cruz para atravesar la Puerta Santa. Momento histórico que vivimos con gran emoción. Dentro ya de la Basílica pudimos orar en grupos, puesto que estaba llenísima de gente.

Durante esos días hemos hecho visitas a la tumba de Francisco. Yo estuve el viernes por la tarde; llevamos unas pequeñas flores de parte de Crismhom (Comunidad Cristiana LGTBI de Madrid), que le había concedido el premio Arco Iris a título póstumo y con ellas cerca de su tumba, pudimos tener un momento de oración muy hondo. Las llevamos a la Vigilia y las pusimos junto a la cruz que nos presidia.

Han sido días de una experiencia espiritual muy intensa que se expresaba en alegría,  deseos de compromiso en la vivencia de la esperanza y de ser testigos agradecidos a lo que el Espíritu va haciendo en la iglesia y en el mundo.

Personalmente he sentido que vivíamos una experiencia sinodal,  de no dejar a nadie en los márgenes y también se hacia eco en mi corazón “la presencia y esperanza en las periferias del mundo, geográficas y existenciales de nuestra Determinación”.

María Luisa Berzosa González fi