Los grupos de Jóvenes FI ya han comenzado. Resumimos, a través de sus testimonios, cómo han vivido la vuelta:

Naike Martin FI, coordinadora de PJV (Madrid)

Esta semana hemos comenzado los grupos de Jóvenes FI en Madrid, uno en el Colegio Mayor Berrospe y otro con jóvenes vinculados a las Hijas de Jesús. Un espacio para ir conociéndonos e ir compartiendo desde dentro y desde lo que Jesús va poniendo en cada uno de nuestros corazones. Me llena de alegría y esperanza escuchar las motivaciones de estos jóvenes de pertenecer a los grupos y su necesidad de tener una comunidad donde puedan ser ellos mismos y en la que se pueda compartir la fe. Percibo en cada uno de ellos un deseo grande de búsqueda, de autenticidad y de mucho Dios. Doy gracias por ello y por ser testigo de lo mucho que Dios mueve a los jóvenes.

Stefania Merino, de la Comisión Jóvenes FI (Madrid)

Estoy muy agradecida de poder pertenecer a los grupos Jóvenes FI de Madrid, como acompañante del grupo del Colegio Mayor Berrospe y como joven vinculada a las Hijas de Jesús. Me siento feliz de poder compartir y guiar a otros jóvenes en el seguimiento a Jesús, de ver sus inquietudes y búsquedas, similares a las mías. El tener este espacio es vital para nuestro crecimiento, tanto personal como espiritual. Un lugar donde poder expresarnos con libertad, ser nosotros mismos, sentirnos escuchados y poder construir en comunidad. ¡Tengo muchas ganas de continuar y seguir compartiendo juntos!

Victoria Carrera, antigua alumna del colegio de Gamarra 

Lo que ya veníamos gestando desde hace unas semanas, hoy se ha encendido y nos ha alumbrado. Nos hemos dado cuenta de lo efímero y material, además de vacío, que puede resultarnos hoy el mundo. Pero, sobre todo, estamos agradecidos por la fe compartida, la vida entregada y por todas las ganas que tenemos de crecer.
¡Seamos luz!

Marina Ruiz, acompañante (Málaga)

Iniciamos el curso con Jóvenes FI en Málaga. Escuchamos la lectura de Lucas, en la que Marta y María reciben a Jesús en su casa y éste les enseña que en la vida hay necesidad de pocas cosas, o mejor, de una sola. Nuestra petición al Señor es que nos ayude a diferenciar lo realmente importante. Queremos aprender a poner a Dios en el centro y no dejarnos absorber por las rutinas del día a día.