Ese es el titular del artículo que Ignacio Villameriel publicó sobre MªCruz Báscones en el Diario Vasco. Esta Hija de Jesús, conocida también bajo en seudónimo de Alpe, expone estos días algunas de sus obras en la Basílica de Santa María de Donostia. La muestra, que recoge 24 de sus esmaltes, lleva por título ‘Los preferidos del Reino’, pues «a lo largo de mi vida he convivido con todos ellos: drogadictos, ancianos, encarcelados, emigrantes, hijos de la noche, y cristianos perseguidos», confesó la religiosa al periodista.
MªCruz Báscones tiene 80 años, y todavía pinta, escribe y sigue con el voluntariado pues «colabora con Cáritas pasando una noche al mes con los emigrantes y con los sin techo en Aterpe», según le explicó MªJesús Esnal al periodista al recibirlo en la residencia de Donostia. Esas labores las compagina también con un taller de cerámica en la cárcel de Martutene.
En la entrevista, la religiosa palentina, pero que lleva viviendo muchos años en Guipúzcoa, explica que tras su paso por el noviciado de Tolosa uno de sus primeros destinos fue el colegio de Andoain. Allí pasó una larga convalecencia. Pero ante la incapacidad de estarse quieta en la cama se puso a pintar de manera autodidacta. «Padre, te ofrezco esto poco que puedo hacer», decía cada día antes de ponerse a pintar, de ahí el seudónimo con el que firma sus obras: Alpe, que significa al Padre.