10 de mayo de 2023, a las 20:45 despega el avión que nos lleva por fin a hacer un viaje muy deseado y programado desde hace algún tiempo. Nos encontramos en el aeropuerto de Nápoles, todas con un entusiasmo y una inquietud impresionantes: diez mujeres, catequistas y amigas, acompañadas por Pina, guía y hermana, y unidas por el amor a la Madre Cándida. Dos noches en Madrid, una cálida y afectuosa hospitalidad en el Colegio Mayor Berrospe y luego, de nuevo en camino.
Llegamos a Salamanca por la tarde, con el sol que se reflejaba en la piedra, iluminando la “ciudad dorada”, y acogidas por la estatua de la Madre Cándida que desde un parque, nos da la bienvenida.
Llegada a Mostenses
Entrar en la casa de la Madre, caminar siguiendo sus pasos, ser acogidas por las Hijas de Jesús como se acoge a los viejos amigos, nos ha llenado el corazón de alegría. Una primerra parada ante Antoñita y a continuación bajamos a la Capilla de la Madre Cándida, poniéndonos ante ella en actitud de oración. Hemos traído con nosotras, y lo ponemos a sus pies, toda nuestra Comunidad de Caivano, la situación problemática de nuestro barrio y nuestros niños con sus dificultades y sufrimientos. Le hemos pedido fuerza y la confirmación de nuestro camino. Sabiendo que en aquel lugar, en cada Eucaristía, rezan por nosotros y por nuestro párroco, nos ha consolidado con más fuerza en la común espiritualidad.
Un “lleno” de la Madre Cándida.
La Superiora nos acompañó a visitar los lugares más significativos de la historia de la Hijas de Jesús. En Montellano nos hemos parado a rezar en la habitación en donde murió la Madre y, escuchando una grabación cuyas palabras rompían el silencio, en la penumbra, cada una de nosotras ha sentido todavía con más fuerza la cercanía de esta gran mujer.
Luego, hemos pedido el poder visitar a la hermana Faustina que ha vivido algunos años en nuestra comunidad y a la que tenemos mucho cariño. El encuentro con ella ha sido un momento maravilloso. La hermana Faustina se acordaba de todas nosotras, de nuestras familias, de nuestras historias…, como si el tiempo no hubiese pasado. Pasamos toda la tarde juntas, y finalmente nos ha confesado que seguramente aquella noche le costaría dormirse por tantas emociones vividas. También a nosotras nos ha resultado difícil coger el sueño esa noche.
Desafortunadamente los momentos bonitos pasan rápido. Dejamos Salamanca llevándonos en el corazón el recuerdo gozoso de las Hijas de Jesús, de la Madre Cándida, de Antoñita a la que ahora sentimos más cercana, y con la imagen de Faustina que nos mira con ternura. Nuestro cordial agradecimiento a todas por la maravillosa acogida que nos han ofrecido y que ha convertido estos días en especiales e inolvidables.
Volvemos a casa con nuevas fuerzas y con el reconocimiento agradecido por todo lo que se nos ha dado.
Maria Grimaldi