Poco más de un mes después de su regreso de Manila, de haber participado en el 3EIL (3er Encuentro Internacional de Laicos), diez de las doce personas que estuvieron representando a la Provincia, se reunieron nuevamente en Madrid. Fue el pasado 10 de marzo, en la casa Interprovincial, en una jornada de sábado. 

«Nuestro principal objetivo era preparar la transmisión de lo allí vivido a quienes, habiendo querido participar del Encuentro, no les fue posible; especialmente a quienes «por hacerse cargo de la misión» tenían que quedar responsablemente aquí, e incluso sustituyendo a quienes fuimos», explica Teresa Pinto FI, delegada de la Provincial para acompañar a los laicos. Y continúa diciendo: «De allí vinimos con algunos retos, que nos formulamos el último día con bastante claridad. Pero lo primero era parar para prepararnos a transmitir. Sobre todo, queremos que llegue lo que a cada uno nos impactó más y esas líneas de confluencia que se dan en quienes asistíamos desde España, por compartir una misma realidad, una vivencia concreta de nuestro sentirnos Familia Madre Cándida»

 

Por su parte, Sergio Rosa, profesor del colegio Juan Nepomuceno Rojas de Sevilla, envía una crónica de lo que supuso el día, con ecos y resonancias, llena de deseos para el futuro:

“Mirad, algo nuevo está brotando, ¿no lo notáis?” (Is 43,19) Las palabras del profeta Isaías ilustran muy bien aquello que el grupo que participamos en el III EIL nos trajimos a comienzos del pasado mes de febrero a España. Mucho que recoger, ecos que atender, momentos y reflexiones que volver a pasar por el corazón tras los mucho vivido en Filipinas, Tierra hermana que hoy, para los que disfrutamos del Encuentro, habla de mucha vida y misión.  

Hace unas semana nos encontramos en Madrid, en la casa Interprovincial, para poder rezar y reflexionar juntos acerca de lo mucho que habíamos recibido del Encuentro de Laicos en Filipinas, cómo comunicar y compartir tanto bueno y hacia dónde dirigir nuestros pasos, como laicos vinculados a la espiritualidad ignaciana, encarnada en Cándida María de Jesús, fundadora de la Congregación de las las Hijas de Jesús.

Fue un día atravesado por la oración, que nos acompañó a lo largo de toda la jornada, materializando así que el Espíritu es el que nos lleva de la mano, el que nos animó a volar hasta Filipinas, el que nos congregó como familia Madre Cándida y el mismo que ahora nos invita a la novedad, a salir de nuestra tierra conocida y responder desde la realidad de hoy, cómo encarnar el carisma desde nuestra opción de vida laical.

Nos gustaría poder compartir con aquellos que leen estas líneas que de dicha reunión salimos con las cosas claras, un proyecto que presentar, unas líneas a seguir y un modelo comunitario que ofrecer a todo laico vinculado a las Jesuitinas en España… pero nada más lejos de la realidad. Las cosas importantes se cuecen a fuego lento y quizás debamos ser conscientes de ello, sin que esto suponga dejar de dar pasos junto a todos aquellos que se sientan llamados a configurase como comunidad en camino, tras los pasos de la Madre Cándida, laicos enamorados del Evangelio de Jesús.  

No podemos deciros el cómo, la forma o el modo, la estructura o el funcionamiento, pero sí que va despuntando el cuándo. No podemos seguir postergando una dinámica que reúna a aquellos que se sienten vinculados por el carisma que el Señor, de la mano de la Madre Cándida regaló al mundo y a la Iglesia, es hora de ir dando pasos, de volver a la fuente, esa que habla de pequeñas comunidades que alentadas por el misterio pascual, se reunían para compartir Palabra y Vida.  

La Madre Cándida fue mujer valiente, que supo arriesgar  y confiar en la promesa del Dios que se le reveló frente al altar de la Sagrada Familia aquel 2 de abril de 1869; supo confiarse a la novedad de Dios, saltar sin seguridad alguna más que el eco de una promesa que atraviesa la eternidad, “yo estaré con vosotros todos los días hasta el fin del mundo” (Mt 28 ,20). Quizás nos toque a nosotros, laicos vinculados al carisma de la Madre Cándida, confiarnos también a ello, volver a las fuentes y redescubrir el primer amor que hasta aquí nos ha traído.

Dice el Libro del Apocalipsis, “he aquí, yo hago nuevas todas las cosas” (Ap 21,5) y con ese eco volvimos de Filipinas, sabiéndonos en misión compartida, alentados por el Espíritu y con ganas de materializar esa novedad que nos habla de Dios, de Vida en abundancia. Nos toca aterrizar, concretar e ir dando pasos. De momento Comunidad en camino.

Sergio Rosa

 

«Estaremos disponibles para responder a las inquietudes que se puedan suscitar al hilo de lo compartido, o que se hayan despertado cuando hayáis ido siguiéndonos la web provincial, en Facebook, y sobre todo, en la web internacional (pincha aquí), donde de cada día salía una amplia reseña y bastantes fotografías», añade Teresa Pinto FI, al tiempo que agradece una vez más a quienes han hecho posible la participación de la delegación de España en el 3EIL. 

Y concluye: «Nos pondremos a disposición de quienes queráis conocer la vida que se mueve en el laicado más cercano a la Madre Cándida y en el entorno de las Hijas de Jesús. Lo haremos a través de los Directores de los colegios y de las Superioras de las Comunidades»