Del 17 al 22 de febrero,  un grupo de personas,  Equipos Directivos de los Colegios de la Fundación Educativa Jesuitinas más otras tres pertenecientes a otras organizaciones,  han realizado sus Ejercicios Espirituales en Loyola,  acompañados por Ana Cantalapiedra, Blanca Esther Iriarte y quien suscribe.

Han sido días dedicados al encuentro y descanso con el Señor, en ambiente de silencio y oración personal, compartida al final del día,  donde se dejaba palpar lo que Dios va trabajando en las personas a poco que nos abramos a su acción.

El lugar es inspirador por sí mismo y el tiempo de cálida primavera ha sido también un buen aliado para ayudarnos a vivir esta experiencia no tanto de “saber” cuanto de “sentir y gustar”.

Todos los elementos de la casa están al servicio de la experiencia,  la favorecen mucho y son de un valor inestimable para la misma; también hemos contado para las eucaristías con Nacho García Velasco sj y Manu Arrúe sj,  que se sumaron a nuestro itinerario con sabiduría ignaciana y sencillez de hermanos.

Uno de los días parte del Equipo de Titularidad de la Fundación -Elena,  Marian y Nacho-  pasaron a saludarnos; llegaron a la una,  hora de la plática y escucharon la charla sobre Reglas de discernimiento de primera semana que tocaba esa mañana y nosotras tres comimos con ellos en animada charla y recorrimos un poco la casa antes de que continuaran viaje a Bilbao,  gesto que agradecimos mucho.

Por mi parte, dar Ejercicios se me sigue confirmando como una misión maravillosa que me apasiona y me admira cada vez más,  al descubrir la novedad del Espíritu que se manifiesta en cada persona y no puedo menos de agradecer siempre ser testigo de estos procesos que se me regalan.

Pero es interesante recibir el testimonio directo de los participantes. Con ellos os dejo. ¡Muchas gracias por la colaboración! 

Estuve en Loyola durante 5 días, llegué el domingo por la noche acompañada de 3 profesoras más que hicimos el recorrido desde Galicia en coche; la verdad es que un poco nerviosa o a la expectativa de lo que sería eso de los Ejercicios Espirituales, ya que nunca los había hecho. Resultó una semana muy tranquila, de desconexión, de miles de pensamientos que pasaban por la cabeza, entre tanto silencio al que no estoy acostumbrada. Un clima estupendo que me permitió largos paseos por la naturaleza, con un paisaje maravilloso y en un ambiente de total libertad para realizar la propuesta que se nos regalaba. Mª Luisa nos acercaba a la Iglesia con una realidad aplastante, Ana nos desgranaba los relatos apostólicos que era imposible no sentirlos y Blanca Esther me acompañó en mis descargas emocionales, que no es tarea fácil, y de las que salía, cuanto menos tranquila.
Las comidas en silencio fueron los momentos más extraños, la música conseguía por momentos despistarte de lo que tenías alrededor. Y los momentos de compartir con los compañeros fueron estupendos, te das cuenta de que el mundo está lleno de personas maravillosas que con que seamos capaces de transmitir a los demás nuestra mejor parte y contagiarla…..el mundo ya estará en buenas manos.
Sin duda, una experiencia de la que se puede hablar, sólo si se vive. ¡Gracias!
Mónica González – Colegio Maria Assumpta (Noia)
 
Los Ejercicios ha supuesto un momento de encuentro con Jesús muy importante. Asusta pensar que hay que estar en silencio y en oración, pero ¡bendito silencio!, en nuestro día a día es imposible con la vorágine que tenemos, y de repente, puedes escucharte y escucharle… Una experiencia muy ?. 
He vuelto absolutamente agradecida y bendecida. 
Icíar Hernández – Colegio Mater Purissima (Madrid) 
 
Me han pedido que escriba unas palabras sobre mi experiencia de Ejercicios Espirituales en Loiola. Tengo que reconocer que es difícil, muy difícil, es una experiencia que «tiene que ser vivida y sentida en lo mas hondo» y para explicar eso no hay palabras.
A mí me ha ayudado a: parar, mirarme por dentro, sentir, escuchar, averiguar lo que Jesús me da gratuitamente…..Me di cuenta que me quiere tal y como soy, con mis miedos, debilidades…, sin excepciones.
He podido pensar, meditar y rezar mucho.
Enfrentarse, analizar e interiorizar todo esto, solo es posible gracias a las acompañantes. Por ello quiero agradecer, por tanto bien recibido, la oportunidad que me dieron de participar en estos Ejercicios en Loiola.
Fini Álvarez – Colegio Miralba (Vigo)
 

La  experiencia de hacer Ejercicios es muy enriquecedora e inolvidable para la persona que los hace ya que tiene la oportunidad de encontrarse consigo mismo y con Dios, además de poder reorientar la vida ante su llamada. Todo ello, vivido en un lugar como Loyola (cuna de San Ignacio), con paisajes que invitan a la interiorización por medio de la oración y la contemplación.

David Díaz – Colegio Virgen de la Paz (Almería)

 

Curso de jardinería en Loyola

No, no me he confundido ni la frase tampoco es mía, pero si puede resumir y sacar una sonrisa de todos aquellos que tuvimos la suerte de vivir la experiencia de ejercicios espirituales.

Para unos fue volver a Casa, para otros fue recibir un continuo Abrazo Fraterno, para otros un viaje fascinante, para mí ese reencuentro con Jesús Sanador que siempre acoge y perdona.

Sin duda, la palabra que resumía la Eucaristía final en la Capilla de la Conversión fue un GRACIAS explicado por cada uno de muchas formas y maneras.  Al Cole de Burgos por darme la oportunidad, a la Congregación Hijas de Jesús, ¡¡en especial a ese equipo!! M.ª Luisa, Blanca Esther (..”y vio Dios que era bueno”) y en mi caso particular  a Ana Cantalapiedra. A la compañera Gema por sus canciones, su voz y su guitarra, qué bonita manera de ayudar a recoger cada día. A todos los compañeros que participaron¡! ¡¡Auténtica familia Madre Cándida!!

A ese entorno que es Loyola en su conjunto (naturaleza, hizo un tiempo increíble, instalaciones, personal) que ayudan al reencuentro con Jesús y con uno mismo.

Fue un punto y seguido en mi camino, pero ese parón en el ritmo de vida, ese silencio que habla me ha servido para darme cuenta de querer seguir ayudándote a construir tu Reino en nuestra pequeña parcela de mundo, tengo mucha tarea, lo sé, que soy yo la que a la primera de cambio me aparto del camino, hago pereza y lo importante pasa a ser secundario.

Jesús ese “jardinero” redescubierto en Loyola, no dejes nunca de abonar mi corazón.

Laura Revilla – Colegio Blanca de Castilla (Burgos)

 

Quizás para mí, lo más significativo y revelador han sido todas y cada una de las frases que, a lo largo de estos días, han resonado en mi corazón y me han guiado en el camino de estos ejercicios.

“No es como debería encontrarme, sino como me encuentro”

 “Vencer el mal a fuerza del bien”

 “Aprendes a ser oasis para los demás”

 “Nadie ama lo que no conoce”

 “Tú no llegas a Jesús porque haces las cosas bien, Jesús te encuentra por eso lo amas”

El mensaje que se deduce de las mismas ha sido un regalo de reflexión personal y de conocimiento interno. Ha supuesto, para mí, un momento de renovación y un sentimiento de encuentro con el Señor.  “TÚ LUZ ES MI LUZ”.

Javier Regidor – Colegio Sagrado Corazón (Salamanca)

 

La semana de ejercicios en Loyola ha sido un momento muy especial de reencuentro con Jesús en un lugar idílico tanto por su casa de ejercicios, sus capillas, su basílica  como su entorno natural. Esto junto al  acompañamiento  espiritual hecho  por tres hijas de Jesús, que derrochan amor por Dios y por los ejercicios de San Ignacio, hemos conseguido enamorarnos del Señor para seguir sus pasos. La palabra AGRADECIMIENTO  brotó cada día y con mucha más fuerza al final de la experiencia. Gracias a todos los que habéis hecho posible vivirla.

Ahora toca seguir  en la vida corriente. ¡Señor, ayúdanos a no ser sordos a tu palabra!

Vanesa González – Colegio Blanca de Castilla (Burgos)

María Luisa Berzosa fi