Hace unos pocos días, Mª Dolores Giménez celebraba con las hermanas de Elche, sus Bodas de Oro como Hija de Jesús. Una experiencia que le ha servido para echar la vista atrás sobre estos 50 años y“rezar sobre lo que has vivido, que han sido muchas etapas, personas y lugares”. “He tenido un largo recorrido, los días antes de la ceremonia estuve pasando por el corazón todo esto y dando gracias al Señor”, cuenta la religiosa. Sin embargo, reconoce que “también ha habido momentos de oscuridad, aunque siempre se ha impuesto el agradecimiento a las personas que me he encontrado y la Congregación”.
Recién llegada a Elche, Mª Dolores ha encontrado en su nueva comunidad algunos rostros conocidos que le han acompañado durante su vocación y que se han alegrado de hacer balance de su vida con ella. “Tengo un recuerdo especialísimo y estuvimos viendo fotos porque varias han vivido etapas conmigo y pudimos reflectar algunas anécdotas”, explica la jesuitina. Según dice, “los comienzos unen mucho y se empieza a vivir la fraternidad cuando se comparte lo vivido”.
Pese a haber cumplido medio siglo de servicio, Mª Dolores Giménez no se ancla en el pasado y, como ella misma cuenta, piensa mucho en el futuro. “En este destino me han liberado de algunas responsabilidades que he tenido durante muchísimos años, como ser superiora. Eso hace que mires al futuro de una manera más esponjada y libre, como un reto. Te dices, ¿y ahora qué? Pues dedicaré más tiempo a la lectura y la reflexión y buscaré los caminos que el Señor me quiera poner delante”.