El Pacto Educativo Global es una iniciativa del papa Francisco quien convoca a todo el que quiera unir esfuerzos para realizar una transformación cultural profunda, integral y a largo plazo a través de la educación. Propone cinco ejes temáticos sobre los que reflexionar y construir una sociedad más humana, más justa: Dignidad y derechos humanos; Fraternidad y cooperación; Tecnología y ecología integral; Educación y promoción de la paz y la ciudadanía; y Cultura y religiones.

Ha promovido este pacto «para reavivar el compromiso por y con las jóvenes generaciones, renovando la pasión por una educación más abierta e incluyente, capaz de la escucha paciente, del diálogo constructivo y de la mutua comprensión». Se trata de «unir los esfuerzos por una alianza educativa amplia para formar personas maduras, capaces de superar fragmentaciones y contraposiciones y reconstruir el tejido de las relaciones por una humanidad más fraterna».

El logotipo elegido para esta iniciativa  expresa un contenido rico que refleja el objetivo que se expresa en los colores y las formas. El verde recuerda la naturaleza, el crecimiento, la renovación y también la esperanza, la posibilidad de “sembrar” sueños proféticos. El azul recuerda nuestra dimensión espiritual, y también lo que nos gustaría contribuir a conseguir: la Paz. El oro, representa la luz, lo sagrado, porque todo pacto, toda alianza por el bien común, por el bien de la humanidad, tiene algo de sagrado. Las formas: El mundo abrazado con cuidado por una figura humana que quiere protegerlo y cuidarlo. La línea del círculo simboliza ese macrocosmos que es Dios, principio y fin de todo.

En su mensaje del 15 de octubre de 2020, el Papa dice  «Creemos que la educación es una de las formas más efectivas de humanizar el mundo y la historia. La educación es ante todo una cuestión de amor y responsabilidad que se transmite en el tiempo de generación en generación. Por tanto, la educación se propone como el antídoto natural de la cultura individualista, que a veces degenera en un verdadero culto al yo y en la primacía de la indiferencia. Nuestro futuro no puede ser la división, el empobrecimiento de las facultades de pensamiento e imaginación, de escucha, de diálogo y de comprensión mutua. Nuestro futuro no puede ser este.

Hoy es necesario un nuevo periodo de compromiso educativo, que involucre a todos los componentes de la sociedad. Escuchemos el grito de las nuevas generaciones, que manifiesta la necesidad y, al mismo tiempo, la oportunidad estimulante de un renovado camino educativo, que no mire para otro lado, favoreciendo graves injusticias sociales, violaciones de derechos, grandes pobrezas y exclusiones humanas.

El II Ecuentro de educadores está pensado como un medio para promover la unión y articulación a nivel universal de los educadores que siguen el modo educativo de la M. Cándida y como momento importante en el proceso de adhesión al Pacto Educativo Global (PEG).