Con motivo de la celebración del aniversario de nuestra Beata María Antonia Bandrés,  patrona de las casas de formación,  nos hemos dirigido al juniorado internacional,  situado en el Barrio de la Ventilla,  de Madrid,  y concretamente en la Calle Palmera,  número 17.

Entre preguntas,  respuestas y comentarios,  transcribimos algunas vivencias de nuestras hermanas que agradecemos mucho.

Preguntamos a Rita José,  natural de Mozambique,  ¿cómo está siendo tu experiencia en esta etapa?

 Para mí vivir en España como juniora en formación es intentar hacer vida lo que dicen las CFI 174:”Las que han sido llamadas a nuestro Instituto comparten su vocación con otras hermanas que, estando dispersas por muchas partes”.

Aquí está la clave para acoger y vivir este tiempo como regalo y oportunidad de conocer los orígenes de la Congregación a través del testimonio de vida de tantas Hijas de Jesús que ya conozco y comparto nuestro ser de hijas -hermanas.

Realmente estoy aprendiendo mucho a vivir cada día abierta a la voluntad de Dios a través de las mediaciones,  el caminar con la mirada fija en Dios-Padre. En todo esto veo la mano de Dios que me lleva por los caminos de la vida, me anima a seguir la marcha, alimentar la fe y la esperanza .Por eso me atrevo a decir: Dios es mí Principio y Fundamento,  por Él estoy aquí.

 

 Interviene ahora Esther Sanz,  es de Lleida y ha hecho su noviciado en Córdoba (Argentina). ¿Cuál es tu actividad prioritaria ahora?

 Mi principal actividad es el estudio de teología. Voy a clase las tardes de lunes a jueves y preparo trabajos, comentarios, y estudio por las mañanas. Los viernes por la tarde voy a una academia de inglés para prepararme para las pruebas de nivel, retomar el que aprendí y seguir avanzando. Los viernes por la mañana soy voluntaria en un Centro que tiene comedor social y ropero. Allí hay un pequeño dispensario que atiende también médicamente a personas sin hogar e inmigrantes en situación irregular. 

– Suponemos que al ser médico,  poder atender en un dispensario te será de gran satisfacción;  nos conviene a todas –por el bienestar corporal y espiritual- que no dejes de practicar la medicina …

 

Rita también estudia y nos comenta que hace Espiritualidad Cristiana en Comillas;  además sigue la formación como Hija de Jesús en clave universal para estar dispuesta a ir donde sea necesaria. 

A nivel pastoral colaboro los martes en Pueblos Unidos,  con mujeres de Marruecos y Siria, enseñando la lengua y compartiendo realidades de vida que son semejantes en los diversos países. 

También participo en Karibu, una ONG que atiende a personas africanas, y cuido de los niños en la guardería mientras las madres están en clase.

 También acudo los jueves a una oración abierta que tiene Crishmom,  Asociación Creyente de Gays y Lesbianas,  en el barrio de Chueca.

Y el primer domingo de mes hay una oración ecuménica con africanos en el Colegio Piquer,  es un espacio sagrado,  comenta Rita.

 

Esther tiene también su proyección pastoral acompañando, junto con un laico, a un grupo de profesionales de espiritualidad ignaciana,  dentro de la Red MAG+S;  cada 15 días se reúnen para compartir vida y fe.

Puntualmente ha podido también colaborar en una convivencia de Alcor y en una Pascua con jóvenes.

 

Otra juniora de esta casa es Gemma Torres,  de Almería. ¿Qué estudias y dónde?

Estudio el TUP (Teología Universitaria para Postgraduados) en la Universidad de Comillas que tienen los Jesuitas en Madrid. Estoy en primer curso en el turno de la tarde y las clases son de lunes a jueves. No somos muchos alumnos, lo máximo que hay en una clase son 15 personas.

Estos estudios tienen una duración de cinco años y al final te conducen, mediante un examen ante el tribunal sobre el conjunto de la Teología, al título de Bachiller en Teología. Los contenidos son tanto filosóficos como teológicos.

 

Pedimos a Esther que nos cuente algo del barrio de Ventilla y esto nos dice:

Es un barrio sencillo, de casas bajas, calles tranquilas y “espíritu de pueblo”, dentro de la gran ciudad de Madrid, a los pies de las cuatro torres. Hay varias congregaciones religiosas, y en especial, tenemos cerca varias casas de jesuitas, algunas también de formación,  cosa que favorece el compartir la vida y la misión con otros. 

 

Finalmente presentamos a Silvia Rozas,  nacida en Lugo,  sobre lo que significa para ella estudiar teología:

Me facilita poner las bases sólidas a mi relación con Jesús, reflexionar sobre el Dios de Jesús en mi día a día, descubriendo esa alianza que ha ido pasando de generación en generación y que llega hoy a nosotras. Agradezco mucho a la Congregación este tiempo porque la Teología me ayuda a rezar, a reflexionar, a descubrir el camino que otros han vivido.

 

También queremos saber qué significa para Gemma esta etapa de juniorado.

Jugármela como Hija de Jesús. No en el sentido de lo que vean u opinen los demás, sino desde mi yo más interno. Cada noche cuando recojo mi día me nacen unos sentimientos, sensaciones de lo vivido y ahí me pregunto desde dónde he ido haciendo las cosas, si he ayudado a dar vida y a crecer a la gente más cercana e incluso a la más lejana, desde los estudios ya sea en la formación en casa o en la facultad, apostolados, Hijas de Jesús, familia, amigos…

Esos acercamientos que a priori parecen que no tienen peso, pero que mi conciencia sabe perfectamente y los va colocando en ese baremo de la vida que te hace a veces ir a la cama tranquila y otras pues un tanto dolida porque sabes que tu parte más humana ha salido hoy por la puerta grande.

Como en etapas anteriores, la vivo al minuto, de forma intensa, con fluidez y energía. Dios sabe. Y yo también tengo la responsabilidad de ir sabiendo el camino que voy trazando.

 

También Silvia nos habla de sus experiencias pastorales:

Entiendo que todo en mi vida es pastoral. Pero hay tres ámbitos en los que me muevo: la web internacional, CVX y la parroquia de San Francisco Javier (la Ventilla). En estos tres ámbitos descubro una llamada muy concreta a salir de mí para encontrarme con otros y al modo de Jesús. La web internacional es un medio pastoral con el que puedo “tocar” y “acompañar” el sentir de nuestro cuerpo apostólico.

Es un verdadero regalo experimentar desde hace años que la Congregación es una, es universal, que nuestro cuerpo peregrina por diferentes lugares y que la web internacional puede ayudar a experimentarnos unidas y dispersas por diferentes lugares.

Sobre CVX sólo puedo agradecer porque en CVX crecí como laica, CVX me acompañó, me formó y me ayudó a discernir mi vocación religiosa. Por eso, acompañar el proceso laical a una vocación concreta en la Iglesia es un caminar con otros, en segundo plano, buscando ser sostén y aliento, intentando dar luz y a la vez recibiendo luz, confirmación en mi vocación, sentido de mi consagración.

No entiendo mi ser Hija de Jesús si no es con otros. Por último, la parroquia, el sentido eclesial, ayudar a vivir la Eucaristía a través de la música.

 

Gemma,  sabemos que has vivido la Pascua en Melilla,  ¿puedes decirnos algo de esa experiencia?

“Tan cerca y tan lejos”. Así es cómo titularía mi experiencia en Melilla. Tan cerca porque está ahí al lado, un trocito de Mediterráneo nos separa de esta ciudad autonómica, pero a la vez qué lejos de cómo vivimos los de la Península.

Verdaderamente no podemos decir que estamos orgullosos de nuestro país cuando somos cómplices de un frenazo en la supervivencia de las personas que quieren ser felices. Me explico, no hablo ni muchísimo menos de la famosa “valla” que cada cierto tiempo las noticias nos bombardean, siento compartir qué pocas verdades nos llegan y la manipulación me suena que tiene bastante peso.

Cuando vi la valla, mejor dicho, las vallas, longitudes, alturas, infraestructuras, funcionamiento, horarios, me cuestioné que qué tipo de España vendemos con el turismo, desarrollo, sanidad.  Me da rabia porque somos un pueblo solidario, y me siento que pertenezco a una forma de hacer las cosas que no concuerdan con nuestras ganas de ayudar y colaborar con quien nos necesita.

Cuando un poco más arriba utilizo las palabras “ser felices” no las pongo ahí como un concepto meramente sensiblero sino que son palabras reales escuchadas el Jueves Santo pasado a un niño de Marruecos que cruzó la frontera y está en Melilla a la espera de tener el momento idóneo para meterse sin que nadie lo vea en un barco y cruzar a la Península.

Quizás, esto fue lo que más me dolió. Ni lo entendía ni lo entiendo ahora, son solo niños. Lanzo solo dos preguntas ¿cómo vivirán en Marruecos para dejar su familia, amigos…todo? ¿a qué felicidad se refieren?

Alguna cosa más podría escribir sobre el cruzar la frontera, trato, modos, gestos hacia ellos y hacia nosotros como confesantes de la religión católica, pero voy a hacer silencio.

Por supuesto que no puedo dejar de mencionar la exquisita organización y la sensibilidad con que se han tratado todos los temas. Gran grupo con el que he tenido la suerte de vivir esta Pascua saliendo invitados a ver gestos de Resurrección allá donde estemos y con quien estemos. ¡Gracias! ¡Y a colaborar en que estos niños tengan vida de niños! 

 

¡Mucha gracias,  queridas hermanas!.  Su compartir fraterno nos ayuda a conocerlas más y así también crece el cariño. 

Que tengáis una bonita celebración el día 27 y que el Señor,  a través de la Beata María Antonia,  os regale sus mejores gracias. 

María Luisa Berzosa fi

Orcasur – Madrid