No es extraño que al contemplar la Vega  granadina, frondosa y llena de vida nuestros ojos pasaran por alto aquel trozo detrás de la  Comunidad de Hijas de Jesús, en Virgen Blanca, 25

 Tampoco es extraño la ilusión que en muchos momentos estas religiosas  pensaban en cómo colaborar de alguna forma a que esta tierra diera su fruto, ya que en este momento no se cultivaba. ¿Cómo fue todo?.

Dios se atravesó en el camino. Tras conversaciones y diálogos con el grupo de voluntarios «Somos Vega, Somos Tierra” podemos disfrutar de algo tan bonito como que cinco familias migrantes,  pueden estar trabajando ese terreno y otro espacio para que hagan las prácticas los trabajadores que desean aprender y hacen el curso de formación.

La Provincia de España –  Hijas de Jesús – , que también tienen un Colegio en esa misma finca, vieron la posibilidad de ceder ese terreno, y  después de un diálogo y estudio y tras la petición del Obispado de Granada, han podido reorganizar la Huerta de forma que no haya interferencia ni dificultad a la hora de que los trabajadores puedan ir a su trabajo.

Hay algo más educativo que los alumnos y padres del Colegio vean que se abre la posibilidad de compartir con otros más necesitados?. Esperemos que estos proyectos den fruto y nuestra fraternidad vaya creciendo.

 

 

Aquí el texto de agradecimiento del colectivo Somos Vega, Somos Tierra:

AGRADECIDOS

Si uno dejara de soñar,
se acabarían los proyectos,
así como nuestro buen andar.
Qué sería de esta humanidad
sin tener nada que albergar,
en el ámbito de nuestra mente,
aplastante ayer de la vanidad.
Alma yerta sería,
deambulando iría por el mundo,
fabricantes de puñales taciturnos…
Nunca dejes de soñar,

Alma mía    (victolman)

Y siguiendo este sueño la búsqueda se hizo larga, fuimos tocando las puertas de todas las Administraciones para que muchos desempleados tuvieran la oportunidad de tener un espacio para hacer las prácticas de la formación que habían recibido en agricultura ecológica. Lamentablemente los noes a estas peticiones estaban envueltos en papel de celofán, con promesas vacías y compromisos a largo plazo.  

Pero Dios se atravesó en el camino y nos condujo a una familia Congregacional las  “HIJAS DE JESUS,” y el sueño “se hizo carne y puso su tienda” al servicio de los más desfavorecidos.

Han cedido un espacio de terreno justo detrás de su colegio. ¡Qué buena noticia!. Poco a poco se ha ido convirtiendo en lugar de prácticas, de plantación de  alimentos, de trabajo colectivo, de convivencia.

Y celebramos su inauguración: Limpieza del terreno, siembra colectiva, y acciones de gracias….   

Y en esos 6.000 metros hubo espacio para todo y para tod@s.

4.000 metros se han destinado para quienes ya han hecho la formación,  y sus siembras son para la economía de esas 5 familias.

El resto se ha destinado para las prácticas de los que siguen haciendo los cursos de formación, y el resto, para  lo que le llamamos “el huerto comunitario”. Un espacio de encuentro y convivencia de aquell@s que estamos colaborando para que este proyecto siga adelante y algunas familias del barrio que están muy motivadas con este proyecto.

Con todo nuestro AGRADECIMIENTO,

Pilar Romero, en nombre del colectivo

“Somos Vega, Somos Tierra”