Algo típico de nuestros pueblos, en esta época de otoño, es disfrutar de algunos productos que la madre tierra nos regala; en esta ocasión hemos disfrutado de la fiesta de las castañas.
Así indican los siguientes versos: “Llegó el otoño y con él las castañas, las deliciosas castañas, no fallan en otoño. Ya hay casitas de hojalata -como hornillos de antes- que dejan en el aire olor calentito y mágico…”
La comunidad enfermería de Aiete, San Sebastián, es lo que hemos podido vivir, disfrutar, en un atardecer otoñal precioso, en el entorno tan apropiado de la salida del comedor. Allí montamos nuestro fuego natural, y con el asador de castañas –de construcción casera-. Resultó fácil montar y organizar la fiesta!.
Algunas con sorpresa y todas con ilusión ante la novedad, fuimos siguiendo “el rito” de preparar el fuego, dar vueltas al “danbolin”, escuchar los tiros, explosiones de las castañas, al irse abriendo…
Todo ello muy bien amenizado por nuestra terapeuta ocupacional, Ana, donde nos iba explicando una leyenda escrita sobre los castaños. También nos explicó el origen del término “En tiempos de Maricastaña” y nos leyó parte del refranero popular sobre las castañas: “Cada cosa a su tiempo y las castañas en Adviento”, “Castañas nueces y vino son delicias por San Martino”, etc.
Después de haberlas saboreado, participamos en un cuestionario sobre el origen, altitud, color de las hojas etc… del castaño, terminando con un bonito verso que lo cantamos con todas nuestras energías.
Castañas, castañas las puedes tomar,
en un cucurucho para merendar.
El mes de noviembre castañas nos da,
asadas, tostadas, qué ricas están.
A las ricas castañitas,
asaditas, calentitas.
Resultó ser una tarde mágica, en ambiente de alegría y de disfrutar al saborear las castañas que nos fueron introduciendo en nuestro cucurucho de periódico, y así respirar y sentir la llegada del otoño, en este entorno natural tan privilegiado, acompañadas del canto de los pájaros, en un ambiente verdaderamente otoñal.
Mª Jesús Esnal
San Sebastián