Este verano, según informa el Norte de Castilla, a través de una ambiciosa rehabilitación arquitectónica y del patrimonio escultórico, la iglesia del Rosarillo, en Valladolid, recobrará su esplendor. Esta iglesia situada en la calle San Juan de Dios ha estado más de cuarenta años cerrada. En este momento, está en en pleno proceso de rehabilitación del templo y restauración del patrimonio artístico con la intención de reabrirse después del verano con un destino cultural, aunque también podrán celebrarse oficios religiosos y misas con carácter extraordinario.
Son diversos los trabajos que se están ejecutando desde hace dos años para para rescatar del olvido el prestigio de este templo de especial apego entre los vallisoletanos desde comienzos del siglo XVII, fecha en que se reconstruyó tal y como se conoce en la actualidad. Si bien, la Iglesia de Nuestra Señora del Rosarillo formó parte del antiguo Hospital de la Cofradía de San Cosme y San Damián, que ya existía en el siglo XV y ubicado en la plaza del Rosarillo.
Parece ser que, tal era la devoción que concitaba que el propio rey Felipe III adquirió el patronato de este templo, por lo que sus armas aparecen en la portada de la fachada estando considerado el escudo de piedra como uno de los mejores historiados de la monarquía española. Un uso del blasón del que adquirieron privilegios de uso porque la Cofradía del Rosarillo vendió a la Corona su hospital e iglesia construidas donde está el Palacio Real. Así, desde entonces, cuenta con una historia especialmente prolífica hasta el punto de que su carácter asistencial impulsó su fusión con la Real y Venerable Congregación de San Felipe Neri a comienzos del siglo XIX, entidad privada pero adscrita a la Diócesis de Valladolid que desde entonces es propietaria del templo localizado detrás del Teatro Calderón y prácticamente frente al Palacio Arzobispal.
En el estreno al público, la Virgen del Rosarillo tendrá especial protagonismo, dado que se trata de una pieza de época barroca, con el niño de la mano y un rosario, de vestir, y con especial devoción entre muchas generaciones hasta el punto de que regresará a su camarín original después de varias décadas en una capilla de la Iglesia de San Felipe Neri.
La Junta Directiva de San Felipe Neri ya planifica un completo calendario de fastos culturales y religiosos para la reinauguración que podría coincidir con la festividad de la Virgen del Rosario el próximo 7 de octubre. Y es que este organismo quiere hacer de este espacio un diálogo con la cultura y la espiritualidad integrada completamente en la sociedad vallisoletana con conciertos, para los cuales se ha comprado un órgano, audiciones o espectáculos de pequeño formato en un recinto con muy buena acústica junto con la posibilidad de cultos no ordinarios «respetando que en ese céntrico entorno ya existen numerosos templos con misas diarias». De este modo tratan de ampliar la programación de la Iglesia de San Felipe Neri que en los últimos años están desarrollando con gran éxito.
En esta iglesia del Rosarillo, sabemos que Juana Josefa puso nombre a una intuición, a una búsqueda, a un sueño. Será un priviliegio visitar este templo e imaginar a Juana Josefa en él. Conectar con esa corriente del Espíritu que sigue animándonos para vivir en el hoy el carisma de santa Cándida.