I Encuentro de superioras 2022-2023
Hace tiempo que la superiora provincial nos pidió a las superioras que reserváramos los días 19 y 20 de noviembre para tener una reunión, la primera de este curso. El gobierno provincial lo tenía todo muy bien preparado. Solo quedaba que las demás superioras de las comunidades y la nueva delegada de las casas enfermerías, entráramos en la dinámica de cómo estoy, a qué y dónde voy… y siempre con el corazón bien dispuesto, mirando y escuchando las manifestaciones o susurros del Espíritu… ¿Qué quieres Señor de nosotras?
Comenzamos el día 19 con la oración personal a partir de las orientaciones que nos dieron. La Palabra de Dios y el primer párrafo de la Fórmula del Instituto nos iban acompañando. La historia de salvación de la Congregación se hacía presente en los volúmenes donde se plasma por escrito esta historia. Las expresiones de gratitud no se hicieron esperar: gracias porque Dios y santa Cándida han ido acompañando este camino; gracias por las hermanas que nos han precedido en su andadura, y a las que sentimos como verdaderas Hijas de Jesús; gracias porque todas manifestamos sentirnos sostenidas por Dios y por las hermanas.
Después de transitar por el animómetro (ejercicio para compartir cómo estaba nuestro ánimo) pasamos al objetivo nuclear de este encuentro. Es lo que nos dijo Rosa Espinosa en la carta nº 36: “Los días 19 y 20 de noviembre, tendremos, en Madrid, reunión con las superioras. El objetivo del mismo es animar a estas hermanas y, por tanto, a todas, en este paso que el nivel local va a dar”. Hacer EL PROYECTO COMUNITARIO. Nos distribuimos en 3 comunidades “ficticias”, pero que se pueden identificar con las reales, y nos pusimos manos, cabeza y corazón a la obra. Y sin perder de vista un “modo y orden”, siempre según nos pide el discernimiento, como modo nuestro de proceder.
Terminamos el día con la celebración de la Eucaristía, en la solemnidad de Cristo, Rey del Universo.
Pasó el día primero, y vio Dios que era bueno.
Continuamos al día siguiente, domingo 20: oración personal, con las orientaciones que nos dieron; puesta en común del trabajo de las “tres comunidades” y diálogos clarificadores para todas. Juntas nos transformamos en una comunidad de aprendizaje. Escuchando y reflexionando sobre lo vivido en la elaboración del proyecto.
Llegamos al último tiempo de la mañana. Ahora se incorpora Mª Ángeles Elorza. Nos queda agradecer y acoger. Agradecer el trabajo entregado, sin reservas ni fisuras, de Mª Ángeles en estos años de dedicación y servicio a las hermanas de salud más vulnerable, y acoger a Mercedes, también con gratitud por su disponibilidad para seguir con el testigo recibido. Todas rezamos por ellas y se fueron con la bendición de Dios encarnada en el gesto de cariño que cada una de las presentes, y en nombre de todas las hermanas, les ofrecimos.
Por la tarde continuó el encuentro, ya solo la delegada y las superioras de las casas-enfermería.
Pasó el día segundo, y vio Dios que era muy bueno.
Esto lo vimos todas. Un encuentro muy bueno: la acogida de las hermanas del Colegio Mayor Berrospe, la preparación por parte del gobierno provincial, el ambiente, el compartir, la sencillez y libertad en expresarnos… Ambiente de Hijas de Jesús. Seguro que la Madre Cándida vio que era muy bueno.
Mª Carmen Martín FI