El pasado sábado, día 16, tuve la oportunidad de acompañar a Carmela Papa a Caivano (provincia de Nápoles). Allí, en la parroquia de San Pablo en Parco Verde, se había citado con un grupo de Catequistas a las que acompaña, y por lo que luego he escuchado, muy cercanas a la Madre Cándida y a las Hijas de Jesús.

El objetivo era la presentación del documento “Llamadas en la acción apostólica”.

Para mí fue una experiencia interesante e impactante. Por esta razón hoy, aunque a mí lo de escribir no me resulta fácil, me decido a compartir mis impresiones.

Después de comer salimos hacia la parroquia, Pina, Carmela y yo. En un momento íbamos en “fila” por la irregularidad de la acera, y una de las dos me hizo una foto, y, después de mostrármela, me explicaron: esto es lo que queremos hacer, llevar el Evangelio.

Según caminábamos me fueron contando cosas sobre el contexto de Caivano, y cuando llegamos a la zona del Parco Verde, me explicaron el origen de ese poblado; después del terrible terremoto de 1980, el Estado construyó viviendas para acoger, de forma provisional a miles de personas desplazadas. Y lo provisional se ha convertido en permanente, pero, además, con unas características tremendas: tráfico y consumo de droga, insalubridad…, un contexto sin oportunidades, sin horizonte…

Llegadas a la parroquia me presentan a un grupo de jóvenes monitores que estaban llevando a cabo actividades lúdicas y deportivas con los niños. El objetivo, dicen, es ofrecer espacios de socialización sanos, que les permitan crecer en un ambiente alternativo al que les ofrece el contexto social en el que viven a diario.

Llegan las catequistas, un grupo de 15. Comenzamos con un tiempo de presentación, que yo agradezco. Diferentes edades, algunas, como Ana, la “abadesa”, ya entradas en años, pero firmes en su compromiso. Me impresiona: sienten que están en un contexto difícil, a veces se sienten impotentes, limitadas…, pero se sienten vocacionadas y urgidas a colaborar para construir Reino en un ambiente de muerte, y siguen firmes. Algunas llevan en el tajo más de 20 años, otras se han ido sumando por contagio testimonial de las veteranas y por el arrojo que ven en su párroco, que lucha, denuncia y moviliza en defensa de la vida frente a la muerte que otros provocan. Es un grupo cohesionado, acogedor, receptivo… Con ellas te sientes en casa, en comunidad fraterna.

Sigue un tiempo largo de oración que Carmela va orientando. Con el relato de la Samaritana entregamos a Jesús nuestras situaciones de muerte y recibimos de Él palabras de vida. Se participa con mucha sencillez y profundidad.

En un tercer momento del encuentro, se presentan Las llamadas en la acción apostólica. Después de una introducción hacemos un primer acercamiento al texto, con una lectura pausada en la que participamos todas y en la que hay espacios para poder expresar resonancias. Ha sido una primera aproximación al documento. Se concreta una nueva fecha para continuar profundizando.

A continuación, nos esperaba una sorpresa: una chocolatada acompañada con deliciosos dulces caseros preparados por ellas.

Al acercarnos a la iglesia para participar en la Eucaristía, más sorpresas para mí: en un lateral me encontré con una pintura-retrato de Santa Cándida, otra de Antoñita, y en la sacristía una foto de Consuelo Fresneda en la que se leía: “Starai sempre nel nostro cuore”.

Dos momentos que me impresionaron de un modo especial en la Eucaristía: la fuerza y hasta los gritos del párroco D. Mauricio que fue concretando con ejemplos de denuncia referidos a la vida diaria, cómo debemos vivir la perseverancia de la que nos habló Jesús en el evangelio de Lucas, y en segundo lugar, el compromiso de un equipo de fútbol de jóvenes allí presente. Llevaban todos una cazadora verde en la que estaba sobreimpreso “Queremos vivir” (en aquella zona, por la contaminación de residuos enterrados, han muerto niños, y otros están enfermos de cáncer), y después de comulgar expresaron su compromiso de trabajar con los niños la educación en la legalidad, a través de los valores y el respeto de las reglas en el deporte…

Gracias, Señor por la entrega que he viso en las hermanas y en la comunidad parroquial de Parco Verde, a favor de la justicia y la difusión de los valores del Evangelio.

Matilde Ballesteros, fi

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