El día 10 de junio, como estaba previsto, tuvimos en Madrid la última reunión de superioras del trienio que ahora termina. Momento de encuentro, de compartir, de recordar (pasar por el corazón) la experiencia vivida en este trienio. Con todo realismo podemos definir la jornada como “Una parada para agradecer el paso del Señor por nuestras vidas y las de las HH. con las que hemos vivido en comunidad”.

EXPERIENCIA, ENCUENTROS, PALABRA, SILENCIO y FIESTA, podrían definir el contenido de este es día, en el que, en la primera parte de la mañana, fuimos acompañadas por Teresa Gil, Teresiana. Con ella fuimos despacio recorriendo lo vivido, lo sentido, lo disfrutado…

¡Qué fácil resulta recordar cuando nos sentimos  “mujeres en camino”! Que se paran para tomar conciencia, en primer lugar, del grupo que somos, lo que nos es común y lo que nos diferencia constatando el sentimiento que nos provoca la diversidad y la posibilidad que tenemos de enriquecer el grupo con los dones que cada una hemos recibido.

Este ejercicio nos permitió también tomar conciencia de lo heredado en el lugar donde fuimos enviadas, de lo que hemos recibido y vivido que nos ha hecho crecer. Fuimos invitadas a ESCUCHAR la vida que llega y vivir con mente, corazón y voluntad abiertas.

Y ante esta imagen tan real, tan de la vida, nos preguntamos ¿Qué es lo que nos ha sostenido la vida? Sin duda LA FE, creer en las personas y en lo que viven como fortaleza en las dificultades, ser parte de una Congregación que nos da pautas claras.

En el grupo había una hermana que ha recibido un envío de la superiora general a Cuba. Por ello, en la eucaristía, celebramos un gesto bonito y emocionante: la bendición y envío de Rosa Orts y de Enriqueta Seva por parte de la superiora provincial. Dado que Enriqueta Seva no estaba, la imposición de manos y el envío lo recibió su superiora.

Fue un día de serenidad, gozo y alegría y así terminamos el día disfrutando juntas de un acto cultural que todas agradecimos:  ir al musical de MATILDA.

Gracias a cada una de nuestras comunidades por lo vivido y por lo recibido en este tiempo.

Nieves Goyenechea y Rosa Orts