Convocadas por nuestra Superiora Provincial, los días 11 y 12 de marzo tuvimos el encuentro de Superioras en Madrid. A través de esta imagen, que recoge lo que fue el recorrido del camino y cuyos símbolos se fueron incorporando en la medida que se iba avanzando, comparto lo que supuso para nosotras.

El viernes a la noche fuimos llegando y, desde el principio, se percibía la alegría del encuentro, los saludos afectuosos, que nos hablaban de cercanía y proximidad. Participamos en el encuentro casi todas las Superioras, aunque echamos de menos a Joaquina Moraleda FI, que no pudo acudir. Además de las Superioras Locales, el Gobierno Provincial y la Delegada de las Enfermerías, Mercedes Vilas FI, estuvieron también allí presentes.

La metodología que se utilizó fueron los círculos de escucha, ya conocidos por todas.

El día 11 empezamos encendiendo una vela con el deseo y la petición de ir a la raíz, a lo profundo, a la fuente de Vida. Desde ahí quisimos compartir, escuchar, dejar resonar. Junto con la luz, la Palabra de Dios, guía en nuestro camino, le escuchamos a Él. Dejamos que su Palabra fuera palabra Viva que moviera nuestros corazones, pero también las manos, los pies…

El segundo símbolo que se incorporó fue la planta, los brotes de vida que nos trae la primavera. Profundizamos y compartimos el texto ‘Enterradores o parteras’, pliego de la revista Vida Nueva, que previamente habíamos rezado y leído. Se escuchaba una llamada honda, profunda, unánime de ser parteras y, a la vez, nos descubríamos como enterradoras. ¡Cuánta actitud, relaciones… hay que enterrar para dar vida!

Dimos un paso más y pusimos como símbolo el catálogo con cada una de las hermanas de la Provincia. Desde ahí nos fuimos adentrando en el día a día de nuestro servicio de Superioras, y lo hicimos compartiendo en grupos pequeños el camino recorrido en la elaboración del Proyecto comunitario: aprendizajes, modo de llevarlo adelante, agradecimientos…

Seguimos caminando, y los siguientes símbolos con los que nos topamos fueron la Determinación de la CGXVIII y unas zapatillas. Estamos permanentemente invitadas a seguir caminando desde el horizonte que la Congregación nos marca. Nos preguntamos qué llamadas tenemos, dónde debemos poner más el foco. Salieron algunos rasgos: la alegría, el discernimiento, la hospitalidad, la paciencia del Espíritu…

Todo el camino nos fue llevando a preguntarnos y comenzar a esbozar por dónde podría ir el proyecto de la Provincia, qué acentos, cómo podría ser la posible organización de grupos… Y salió con mucha fuerza la necesidad de que se toque la realidad,  que nuestras vidas se abran, que salgan de la situación acomodada que podemos estar viviendo. Todo está envuelto en la Misericordia del Dios, en su Amor infinito. Toda vida, toda situación, lleva en sus entrañas hilo de Dios.

Terminamos nuestro encuentro agradeciendo el servicio de Carmen Sastre FI como Ecónoma Provincial y dando la bienvenida a Silvia Casado FI. En este gesto, hicimos memoria agradecida del pasado que nos ha traído al hoy, y desde él se va construyendo el futuro que emerge.

El hilo que ha ido envolviendo cada paso, esa presencia amorosa de Dios, que nos toca, que pasa por nuestras vidas, por cada una de las personas, por lo que acontece, en nuestras comunidades, Provincia, Congregación, mundo… nos envía de nuevo al mismo lugar, a la misma realidad. Sin embargo, en el camino algo nuevo ha pasado. ¿No lo notáis?

Blanca Esther Iriarte FI