Encuentro de junioras en Madrid

Dicen que en la vida no dejamos de aprender y que, de hecho, morimos cuando ya no aprendemos nada más. Por eso, cada ocasión de hacerlo es un regalo, una nueva oportunidad de vida.

Para las Hijas de Jesús en la segunda etapa del juniorado de la Provincia España-Italia (Silvia Rozas y Esther Sanz), el último fin de semana de octubre fue ocasión de vivir en esa clave.

Nos encontramos el viernes 29 por la tarde en la casa provincial y allí iniciamos el encuentro junto con Rosa Espinosa, Superiora Provincial. Al hilo de nuestras Constituciones y de unos textos de ayuda para la reflexión, inspirados en el libro de Pablo d’Ors “Biografía de la luz”, fuimos teniendo en los día sucesivos espacios tranquilos de oración, reflexión y, sobre todo, de compartir aquello que vamos viviendo, cómo venimos, cómo sentimos que vamos creciendo como Hijas de Jesús, qué horizontes, dificultades, sueños y tareas, nos van acompañando en este tiempo…

Varios temas sobre los que pudimos reflexionar fueron el cuidado de la propia vocación para ser sal y luz, la humildad en nuestro carisma, la llamada a ser Verdaderas Hijas de Jesús desde el amor, la alegría, la abnegación y la obediencia, la misión de salir para anunciar sin miedo y la ayuda en nuestros documentos congregacionales.

Junto con la oportunidad de escuchar y ser escuchadas, de sentirnos en manos de Dios y caminando con otros, compartir ese espacio sagrado de crecimiento y vida aterrizada fue un regalo. Tuvimos también espacios de descanso, paseos y cultura en la ciudad. Incluso el domingo por la mañana, compartiendo con otras hermanas de Madrid de edades cercanas, hicimos una pequeña ruta, acompañadas por Marina Alcalde, por los lugares donde la Madre Cándida estuvo las veces que tuvo que viajar a la capital.

La verdad es que siempre es bueno encontrarnos, pero tras estos largos meses sin poder hacerlo, hemos disfrutado mucho más con cada compartir, con la acogida en la comunidad de la casa Provincial, con las conversaciones con cada hermana y sentir la pertenencia en la convivencia sencilla…

Terminamos agradecidas de poder seguir caminando, creciendo y haciendo vida humildemente nuestro carisma, en este año jubilar. Un abrazo fuerte y seguimos en camino.

 

Esther Sanz FI