Hace unas semanas, un grupo de Laicos e  Hijas de Jesús, nos reunimos en Madrid. La mayoría ya nos habíamos encontrado antes, en Orcasur, pero el grupo crece.

Hablamos sobre “comunicación”:  ¿qué es para nosotros? ¿cómo debe ser o cómo entendemos que debe ser? ¿para qué queremos comunicarnos? ¿qué nos frena para que la comunicación sea profunda y sincera?

En el diálogo, en la oración, en el encuentro, salieron muchas ideas, algunas de ellas recogidas en un artículo de Pilar de la Puerta que habíamos comentado La comunicación, modo de ser de Dios y de sus Hijas.

Las que más se repitieron en el compartir del grupo fueron:

“Busquemos un ambiente de amor, confianza, sencillez y alegría…”

“…tiempo gratuito para mirarnos amablemente, sin prejuicios ni juicios…”

“Por nuestras venas corre la misma sangre del carisma y misión”

Además hablamos de esas cosas que nos impiden comunicarnos: el miedo, las inseguridades, el no sentirse acogido…

Con la mente y el corazón puestos en un próximo encuentro, nos despedimos contentos e ilusionados por estos momentos que nos permiten compartir experiencias, sentimientos e inquietudes.

Eva Elena