29 jóvenes de diferentes provincias, edades, en diferente momento vital… eligen dedicar una semana de su verano a estar con Dios, a descansar con Él, a hacer EE en Javier.
Muchos eran los deseos y la autenticidad en la búsqueda: deseos de releer y reposar el año vivido, con necesidad de parar, momento de decisiones personales… Días de búsquedas, preguntas, encuentro, descubrimiento, sentido, agradecimiento…
Poco a poco los días han ido pasando. En cada una y cada uno estaba disponernos a la acción del Espíritu, y Dios ha ido llevando de la mano a cada persona, le ha acompañado desde lo que estaba viviendo.
Días para percibir el amor de Dios que rompe ataduras, y desde ese amor el modo concreto en que nos invita a amar y servir.
Han sido unos días de estar a solas con Dios
para no estar nunca sola/o,
para no dejar nunca a nadie sola/o.
Y testigo de ello fuimos los cinco acompañantes del grupo.
Ana Zubiri, FI