Estamos viviendo un momento difícil a nivel mundial que está afectando con fuerza los dos países que forman nuestra Provincia, Italia y España. Nos hacemos eco de la carta que el Cardenal D. Carlos Osoro ha escrito a «…todos cuantos vivís aquí en Madrid» porque, salvo las medidas concretas que ha tomado en su archidiócesis, podemos cambiar el nombre de la ciudad por cada una de las nuestras.

Comienza reconociendo que estamos viviendo un momento difícil porque muchas personas han sido contagiadas por el coronavirus y todos estamos preocupados por la situación. Pero va más allá de la constatación de la situación cuando dice:

Los cristianos tenemos una manera de leer la vida y la historia, que, ante esta visita inopinada de un virus, nos está pidiendo ayudarnos a descubrir nuestra fragilidad y sacar lo mejor de nosotros mismos. Por eso, os invito una vez más a adentrarnos en la confianza absoluta en Dios, fuente de salvación y de esperanza.

Este domingo, III de Cuaresma, vamos a proclamar el Evangelio de la samaritana. En él se nos presenta a Jesús cansado del camino y sentado junto a un pozo en territorio samaritano. Pide de beber a una mujer que reacciona preguntándole: «¿Cómo tú, siendo judío, me pides de beber a mí, que soy samaritana?», porque entre judíos y samaritanos había una tremenda barrera religiosa. Nosotros, gracias a Dios, sabemos que todos somos hijos de Dios y hermanos. Ayudémonos unos a otros y no tengamos reparos en cuidarnos, permaneciendo especialmente pendientes de quienes más lo necesitan. Es bueno que, en estos momentos, obremos según nos dicen las autoridades sanitarias nacionales y autonómicas para atajar y vencer esta pandemia. Y que agradezcamos el esfuerzo y la entrega del personal sanitario, que piensa más en los demás que en ellos mismos.

Nos invita a la oración y al diálogo con el Señor, a dejarnos tocar el corazón por Jesús en esta situación. Pero sin perder el sentido común de seguir las pautas que las autoridades sanitarias vayan fijando. Anima a la gente a quedarse en casa el mayor tiempo posible y a extremar precauciones, conscientes de que el contacto es el primer facilitador del virus. «Prevenir el contagio es una responsabilidad ciudadana y cristiana de primer orden en estos momentos». 

Puedes leer en este enlace la carta del viernes 13 completa

En esta cuarentena «voluntaria» que estamos viviendo, nos sentimos unidos y solidarios unos de otros. Hagamos de este difícil momento una oportunidad para sacar lo mejor de nosotros mismos como ya están haciendo tantas personas que se han puesto al servicio de los afectados, especialmente el mundo sanitario.