Este es el cartel de las Jornadas de este año, que me he permitido personalizar con el nombre de las trece Hijas de Jesús que hemos participado, porque todas estamos llamadas a ser alternativa para la dignidad y la justicia.
Las jornadas son muchas cosas, muchos momentos:
Momento de encuentros
Momento de reavivar la esperanza
Momento de visibilizar realidades
Momento de tomar conciencia o de despertarla
Momento de recordar que vamos juntas
Momento de celebrar
Momento de ampliar espacios
Momento de interrogarnos
Momento de sentirnos Iglesia
Momento de tomar aliento
Momento de tocar la realidad
Momento de sentir con la otra
Momento de confiar
Momento de sentirte enviada
Momento de palabras.
Estas son algunas de las que se nos han regalado este año:
Valores, posverdad, discernimiento, feminismo, casa común, paz, lo suficiente, creatividad, gestos, profecía, esperanza, filiación, ecojusticia, caravana. Momento de acoger el grito de los migrantes.
El grupo Bozza: Teatro sin papeles, nos hacía presente el sufrimiento de tantas personas en su camino migratorio. Qué regalo verlos, reconocer en ellos el dolor y la esperanza de tantas y tantos. Cuántas razones para la esperanza y qué llamada tan fuerte a seguir siendo personas de acogida, casa para tantas, ternura que suaviza el camino, mirada que reconoce hermanos.
Me quedo con una pregunta: ¿Cuánto es suficiente? La suficiencia como fórmula de la solidaridad y la sostenibilidad. Y me venía nuestra Determinación: «Seguir a Jesucristo, que eligió para sí la pobreza».
Vivir sobriamente, con lo suficiente, austeramente, me habla de vida digna, de sentido, de humanidad, de hermanas y hermanos porque siempre es para que otras y otros tengan más vida.
Me llevo una invitación: Que aquello que hagamos genere esperanza. Todas estamos invitadas a ser alternativa para la dignidad y la justicia. Sí podemos hacer gestos proféticos. Necesitamos valor y creatividad.
Me confirmo en que “El mundo tiene futuro, pues Jesús, el marginal, tiene futuro y los últimos con él. Podemos esperar porque los marginados son la clave de nuestro destino y con ellos el Señor ha sellado una alianza irrompible. La pequeñez es el reflejo manso y amistoso de la grandeza de Dios» Patxi Álvarez de los Mozos, SJ.
Estamos llamadas a construir dignidad y justicia.
Ana García, FI
Almería