Un grupo de jóvenes de bachillerato de nuestros colegios pudieron vivir esta experiencia entre los días 30 de junio y el 14 de julio. Estuvieron alojados en el colegio Virgen de la Paz (Almería), colaborando por las mañanas con la Escuela de Verano de la parroquia de San Ignacio en el barrio de Piedras Redondas. Por las tardes, las dinámicas estaban enfocadas a la reflexión, la interiorización de lo vivido y lo compartir en grupo. También se aprovecharon los momentos de la tarde para entrar en contacto con personas de diversos colectivos, que con su testimonio acercaron a los jóvenes a la realidad. También hubo tiempo para la oración, para las celebraciones y para compartir la Eucaristía en la Parroquia y juntarse con otros grupos de la zona. 

Con esta experiencia, organizada por el Equipo de Pastoral Juvenil Vocacional se busca ofrecer a los jóvenes una experiencia de ruptura que favorezca el encuentro con el Dios de Jesús y que ayude a entender la vida en clave de agradecimiento y generosidad desde el contacto con los excluidos. Entre los objetivos de “Compartiendo Vida” también está el fomentar la vida en grupo, poner en contacto a los jóvenes con otros chicos con inquietudes similares de otros lugares y aprender a vivir con otros los valores del Evangelio. 

Sergio Rosa, profesor del colegio Juan Nepomuceno Rojas (Sevilla) y miembro del Equipo PJV de la Provincia, fue el coordinador de esta experiencia en la que también participaron como acompañantes profesores de otros colegios junto a alguna Hija de Jesús. Nos acerca este testimonio-resumen de la experiencia: 

Y nos tocó despedirnos de Almería. Tras dos semanas viviendo en el Colegio Virgen de la Paz, la experiencia de Campo de Trabajo “Compartiendo VIDA” concluyó el pasado sábado 14 de julio. Han sido unos días de mucho bueno, donde solo podemos dar GRACIAS por todo lo que allí hemos vivido. Llegamos como desconocidos vinculados a las Jesuitinas en distintos lugares de la geografía española, y nos vamos con unos lazos fuertes que nos hablan de familia, de comunidad, de amigos. Amigos que han aprendido y disfrutado de la convivencia; del roce y el esfuerzo que supone aprender a acogernos unos y otros con cariño. Amigos que se han dejado la piel jugando, cantando, corriendo, pintando… En la Escuela de Verano del barrio, cada mañana con más de 50 niños y niñas, con la idea de invitarles a vivir unos días de verano diferentes. Amigos que han profundizado en su propia historia, en la personal de cada uno, a través de diferentes dinámicas que cada tarde los monitores nos ofrecían para mejor conocernos a nosotros mismos y a la vez profundizar en el mundo que nos rodea, con sus heridas y sus sueños.

Amigos que se han acercado a la realidad menos famosa de Almería desde un descubrir sincero, sencillo y lleno de cariño. Amigos que cada mañana comenzaban rezando juntos y cerraban la noche repasando el día a la luz de cómo Dios había pasado por nuestras vidas a través de tanta gente. Hemos celebrado cada día la Eucaristía en el barrio y junto al barrio, compartiendo la fe, desde el punto en el que cada uno está, pero ahora sintiéndonos más hermanos que nunca. Han sido unos días para dar gracias, por tanto bueno, por tanta, tanta VIDA compartida, que nos toca seguir cuidando y compartiendo allá donde nos toca estar, gracias por una Almería que nos ha tocado el corazón a través de nombres, rostros y sonrisas con música de fondo.

Sergio Rosa

Visiona aquí el vídeo-resumen de la experiencia