Días de servicio, ilusión y convivencia, poco descanso y mucha sonrisas, días para pararse y profundizar, para dejar caer alguna lágrima, días para sentirse acogido y aprender a acompañar y escuchar, días para descubrir un mundo herido y para reconocer con serenidad y entusiasmos que otro mundo es posible, días para compartir Vida y descubrir que Dios todo lo acompaña… Mucho de esto y más vivieron 26 jóvenes junto a 6 acompañantes en el Campo de Trabajo de Almería, en los Barrios de Piedras Redondas y los Almendros, durante las primeras dos semanas de julio.
 
 
 
 Trasmitir todo lo que allí vivieron quizás sea complicado, pero cuatro de ellas y y uno de sus acompañantes, comparten con nosotros unos testimonios breves, sencillos y muy personales acerca de su vivencia esos días. Los compartimos para que ayuden a acercarnos a la experiencia del Campo de Trabajo; una experiencia que parece deja tocado, invitando a mirar al mundo con otros ojos, dejarte llevar de la mano y, en palabras de todos ellos, dejarte sorprender por el Dios de la Vida.
 
 

 

 Por Sergio Rosa
 
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