Batticuore: campamento en Caivano
A finales de junio tuvo lugar, en el Parco Verde de Caivano, el tan esperado campamento de verano, este año con el título Batticuore (Latidos del corazón). El hilo conductor fue una historia sobre emociones a la que siguieron talleres y juegos.
En este viaje nos acompañaron dos protagonistas: Bea y Leo, dos gemelos que nos llevaron a lugares mágicos y nos ayudaron a reconocerlos, aprendiendo que las emociones residen en nuestro corazón y son nuestro Batticuore.
El campamento concluyó con la celebración eucarística, como agradecimiento por el tiempo compartido, y con una gran fiesta llena de juegos, comida y mucha diversión.
El tiempo que nos llevó a vivir esta intensa, nueva y profunda experiencia fue difícil. Fue un tiempo en el que vivimos todas nuestras emociones en plenitud. Alegría, Miedo, Ira, Tristeza y Asco fueron las protagonistas de nuestro campamento de verano.
Los miedos y las incertidumbres fueron las primeras emociones que nacieron en nuestro corazón, dados los pocos recursos de que disponíamos, pero pronto fueron reemplazados por la esperanza, la comunión fraterna y el compromiso colectivo.
De la intensidad de aquellos días nació una familia numerosa con desencuentros y dificultades, pero superadas gracias al diálogo, la escucha y el perdón. Si nos preguntaran qué es lo que más nos ha gustado, responderíamos que el deseo, por parte de todos, de cuestionarnos. También, que los frutos de este desafío colectivo han sido disfrutados por los pequeños que habíamos acogido, que se han sentido, amados, apreciados y protagonistas de una gran aventura.
Ellos, con su creatividad, con su entusiasmo, su pasión, y a la vez con su esfuerzo y sus limitaciones, nos han enseñado lo que significa RENACER, como la flor que brota del asfalto con fuerza. A pesar del lugar en el que vivimos y sus difíciles vivencias, nos hacen creer y esperar un futuro mejor.
Enza Police y Gilda Garofalo, educadoras de la Parroquia S. Paolo Apostol de Caivano (Nápoles)