El 2 de abril de 1869 Juana Josefa, rezando frente al altar de la Sagrada Familia, en la iglesia de El Rosarillo, en Valladolid, se siente llamada por Dios a fundar una nueva Congregación dedicada a la educación de los niños y jóvenes. Se llamaría Hijas de Jesús.
En esa inspiración cristaliza un proceso y se abre un nuevo camino. La llamada que ha crecido desde la infancia encuentra el modo de desplegarse. Lo que allí ocurrió cambió su vida.
Forma parte de una búsqueda:
- “Yo sólo para Dios”, dice de joven en Tolosa ante un propuesta de matrimonio.
- La realidad que descubre en su paso por Tolosa, Burgos y Valladolid le cuestiona sobre la educación de la mujer de su época.
- La inspiración del Rosarillo en la que recibe una misión concreta.
- La confirmación de Dios a través del P. Herranz de que ese es el sueño de Dios para ella.
- Se prepara para ello formándose.
- La creación de la Congregación…
Percibe cuál es el sueño que Dios tiene para ella y experimenta también la dificultad de la misión (tiene que superar la dificultad de no saber escribir ni leer correctamente en castellano y burlas de quienes creen que es un sueño imposible) pero la confianza en Dios lo suple.
El celebrar este acontecimiento nos puede impulsar a todos a actualizar nuestro Rosarillo personal y descubrir cuáles han sido las “inspiraciones” de nuestra vida, nuestra experiencias fundantes.