Más noticias que llegan desde el 3ºEncuentro Internacional de Laicos. Esta vez es Ignacio Parajó, profesor del colegio de Vigo, el que nos acerca una crónica en la que se recogen los contenidos de estos primeros días en Filipinas

En el ecuador del 3er Encuentro Internacional de Laicos, compartimos con vosotros cómo estamos viviendo esta experiencia, desde Filipinas, tierra que nos ha acogido con todo el cariño, delicada atención y detalle. En este encuentro, estamos representados nueve países y hablamos cinco lenguas distintas. Pero en realidad, compartimos una fuente común y hablamos un mismo lenguaje.

Está siendo un encuentro profundo, entre personas que intentamos vivir desde un mismo carisma nuestra vocación, un encuentro que trasciende las diferencias culturales, las barreras lingüísticas y las barreras personales. En los momentos informales y en los de trabajo, nos descubrimos como miembros de la Familia Madre Cándida y constatamos que es verdad que su carisma se expresa tanto en la vida religiosa como en la laical.

Esta constatación, que es algo que todos respiramos en el ambiente, se mostró de forma clara y explícita en la mañana del segundo día del encuentro. Raquel Amigot FI nos proporcionó una excelente estructura en la que encajar lo que vendría después. A través de su ponencia, que llevaba por título, “La Madre Cándida: Mujer Creyente en el Camino”, nos ayudó a desentrañar conceptos cuyo sentido no siempre captamos en toda su profundidad.  A través de la biografía de la Madre Cándida, nos desveló también las notas distintivas del carisma y espiritualidad de la Madre Cándida. A continuación pudimos comprobar cómo este carisma se expresa hoy a través de la vida religiosa y la vida laical. Así, la Dra. Linda Que, de Filipinas, compartió con nosotros una lectura creyente de su vida, una vida acompañada y modelada por Dios, en la que se ha expresado el carisma de la Madre Cándida. También Consola Matos FI, religiosa brasileña destinada en Japón, compartió a través de una hermosa metáfora de las estaciones y la naturaleza, cómo ese carisma brota y busca sus caminos. Todo un ejemplo de vida desde el carisma en la vida religiosa, que se expresa la misión que realiza en medio de una cultura distinta a la de su origen, ayudando a los diferentes. Ya en el trabajo de la tarde, descubrimos algunos retos para la vivencia del carisma y algunas posibles respuestas en el grupo de España.

También el primer día estuvo lleno de riqueza, descubrimientos y constataciones. A través de la ponencia, titulada: “Familias Carismáticas-Familia Madre Cándida”, que nos ofreció la consejera general Clara Echarte FI,  pudimos hacer memoria del camino recorrido y la evolución de la integración de los laicos en la misión en la Congregación, para reconocer el aliento del Espíritu en este camino. Li Wen-Ching, nos acercó los puntos focales del Sínodo de la Familia, no para saber cuáles son las soluciones, sino para ver los problemas a la luz del Evangelio. Marcio Rocha y Rosa María Acosta nos dieron testimonio de las alegrías y desafíos de ser miembros de la Familia de Santa Cándida. Por la tarde, pudimos compartir la riqueza que brota en los distintos lugares en un trabajo de grupos interprovinciales.

Hubo tiempo también para la diversión y para conocer un poco de Manila. El domingo, después de compartir una celebración de la eucaristía en la Catedral, hicimos un recorrido por distintos lugares de la capital de Filipinas. Además de otras visitas,  también pudimos seguir algunas de las huellas de la presencia Española en la historia de Filipinas, en la Iglesia de San Agustín y en Fort Santiago.

   

Está siendo, como veis, una experiencia de verdadero encuentro entre miembros de una misma familia. Somos diversos, pero procedemos de un mismo “ADN espiritual”.

Ignacio Parajó